La composición algo heterogénea de los BRICS, donde existen países con sistemas democráticos (como Brasil o la India) y otros que son dictaduras (como Rusia y China), a partir de la reciente reunión en Sudáfrica, se ha vuelto aún más heterogéneo por las acentuadas diferencias entre sus asociados. Han ingresado, según se comunica oficialmente, Argentina, Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Hay más que notorias diferencias entre sus miembros, entre los cuales sobresale China que en estos momentos es la segunda economía del mundo y también la India, que tiene hoy más habitantes que China y que se perfila como una de las más grandes economías mundiales para dentro de unos diez o veinte años.
La propuesta, que siempre vuelve una y otra vez, de sustituir al dólar como moneda de las transacciones internacionales, ha reaparecido. Se propugna realizar el comercio con las monedas nacionales, algo que actualmente parece bastante utópico. En el Mercosur ya tenemos desde hace años la normativa que prevé realizar exportaciones facturando en la moneda nacional del país vendedor. Algo que en la práctica es muy raro que se esté utilizando.
En la declaración final de la reunión en Sudáfrica se incluye, además, de alguna manera, la vieja pretensión del Brasil de formar parte integrante del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas como miembro estable. El Consejo está formado por las cinco grandes potencias del fin de la Segunda Guerra Mundial: Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Rusia y China. Los miembros son permanentes y existe entre ellos el poder de veto para la adopción de las decisiones. Se aduce ahora que hay que ampliarlo para que el sistema sea más democrático, quizás olvidando la representatividad de la Asamblea de las N.U. donde cada país miembro tiene un voto, sea una potencia, sea un estado minúsculo.
En el ambiente de los BRICS se está proponiendo que los nuevos supuestos miembros del Consejo de Seguridad puedan ser periódicos y rotativos. Seguramente, al señor Luiz Inácio da Silva, actual presidente del Brasil, esta propuesta le debe estar causando alguna que otra preocupación y molestia.
Carlos Canta Yoy (Todocomex)