El Banco Central resolvió no renovar la vigencia de la norma que limitaba el financiamiento de la deuda de empresas en moneda extranjera en el mercado oficial de cambios

A partir del 2 de enero de este año, perdió vigencia la normativa del Banco Central (BCRA) obligaba a las empresas a reestructurar al menos al menos el 60% a un plazo de dos años y se resolvió no renovar esa regulación, que se había dispuesto a través de la Comunicación “A” 7106, emitida en septiembre de 2020, y prorrogada por la “A” 7621 en octubre de 2022 hasta fin de 2023.
La norma del BCRA establecía la obligación de financiar del 60% del vencimiento, como mínimo, a una vida promedio de dos años y no fue prorrogada por el regulador monetario tras el fin de su período de vigencia. Es decir que todas las empresas que tuvieran vencimientos mensuales de deuda financiera debían iniciar un proceso de refinanciación de sus pasivos internacionales bajo la regla del 40-60.
Además, no podían cancelar deuda entre firmas vinculadas y tuvieron la obligación de cancelar con fondos propios del exterior. En tanto que las deudas que habían sido refinanciadas bajo esa regulación no se debían volver a vuelvan a refinanciar y tenían acceso al mercado de cambios oficial.
A la vez, sí se permitía el acceso al mercado para la cancelación de capital que no superara los u$s2 millones mensuales, con el fin de no perjudicar a pequeñas y medianas empresa.

Deuda: una norma que se tomó en un contexto adverso

La norma se aplicó en un momento en el que la crisis de reservas del BCRA era muy fuerte y las proyecciones eran preocupantes y se decidió prorrogarla ante los efectos que se esperaban de la sequía, que hizo perder ingresos de dólares por u$s20.000 millones a la Argentina en 2023.

De hecho, según un comunicado oficial reciente de CIARA y CEC, durante 2023 se ingresaron u$s19.742 millones en total, casi la mitad del 2022. En diciembre los agroexportadores ingresaron u$s1.245 millones, lo que implicó una caída anual del 66%.

Eso hizo que, durante 2023 se reforzara por varios las restricciones de acceso al dólar a fin de controlar la salida de reservas ante ese complejo contexto. Una de esas medidas fue la que obligaba a financiar gran parte de la deuda en dólares de las empresas por fuera del mercado oficial y la decisión de no renovar esta normativa se puede leer como en una nueva flexibilización del cepo cambiario.

Por qué el BCRA toma esta medida

Esto de da un un contexto de recomposición de reservas por unos u$s3.000 millones que se ve desde que asumió el nuevo Gobierno y también cuando a las empresas no les es tan favorable el valor del dólar oficial en comparación con los tipos de cambios paralelos dado que la brecha se redujo mucho a partir de la devaluación del 54% que se aplicó el 13 de diciembre.

El BCRA viene logrando comprar dólares gracias a la devaluación fuerte que implementó. Sin embargo, el economista y director de MyR Consultores, Fabio Rodríguez, anticipa que “esa situación tiene mucho de transitoria y no resulta aun producto de una normalización del mercado cambiario y de los flujos de comercio exterior”.

Señala que existe aún un súper cepo a las importaciones a pesar del cambio de reglas, por lo que prácticamente no se ve demanda privada en el mercado. Y es que, tal como explica el economista Federico Glustein, aún no está normalizado el escenario de importaciones, por lo que muchos se siguen financiando por fuera del mercado oficial. En ese contexto, señala que el BCRA está aprovechando para comprar dólares.

“A su vez, los exportadores están adelantando ventas por el ‘endulzante’ de la formula (oficial + CCL)”, señala Rodríguez. El economista explica que esto trajo una calma transitoria y baja de la brecha, pero anticipa que eso podría empezar a cambiar sobre fines de enero, preanunciando mas tensiones en el mercado y dificultades para el BCRA.

Por su parte, para el economista y director de CyT Asesores Económicos, Camilo Tiscornia, opina que “se trata de una medida positiva” en pos de ir liberando el cepo cambiario. Pero, reconoce, no obstante, que esto puede impactar en la demanda de divisas, dado que, además, se combina con un momento en el que se verá una caída en la demanda de dinero tras el pico de diciembre.

“Son varios elementos que podrían ejercer presión en el tipo de cambio“, advierte. Y considera que “hay que ir viendo lo que sucede hacia adelante y si esto implica que habrá un efecto en el dólar a corto plazo”.

Por Pilar Wolffelt (Ámbito)

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