Las ventas al exterior perdieron más de once puntos y las importaciones se estabilizaron en torno a los u$s 5300 millones; el resultado rompió la racha de superávit de los últimos 4 meses

El Intercambio Comercial Argentino (ICA) que dio a conocer esta tarde el  Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) arrojó, en el primer mes del año, un saldo negativo de 484 millones de dólares.

El dato rompe una continuidad de superávit comercial que el Gobierno había logrado sostener desde septiembre, luego de que, en agosto de 2022, el déficit alcanzó los u$s 300 millones.

El resultado, no sólo sorprendió al equipo económico de Sergio Massa, sino a los especialistas del sector privado que no esperaban tal desenlace en el inicio del año. Según un sondeo realizado por Reuters, los analistas proyectaban un superávit de 350 millones de dólares para el ICA del primer mes del 2023.

MENOS DÓLARES

En un mes marcado por el freno del sector agropecuario, golpeado por la sequía y con poca reserva de producto luego de anticipar la liquidación de divisas con el “dólar soja II”, la información oficial reflejó una caída de 4,8% en el intercambio comercial (exportaciones más importaciones) en relación con igual mes del año anterior, que totalizó u$s 10.284 millones.

Por su parte, las exportaciones cayeron 11,7% respecto a igual mes de 2022 lo que representó un ingreso de u$s 648 millones menos a partir de una baja de 13,3% en las cantidades, ya que los precios se incrementaron 1,6%.

En términos desestacionalizados, los despachos al exterior descendieron 8,9% y 2,3% en la tendencia-ciclo, con relación a diciembre de 2022.

Los productos primarios (PP) disminuyeron 42,5% y los combustibles y energía (CyE), 5,2%; mientras que las manufacturas de origen industrial (MOI) aumentaron 12,5%; y las de origen agropecuario (MOA), 1,0%.

En contraste y pese al control que mantiene el Gobierno sobre las importaciones, mostraron un alza de 2,5%, lo que representó la demanda de 133 millones de dólares más respecto a enero de 2022.

En ese sentido, el fenómeno se explica por un incremento de 3,2% en los precios ya que, como consecuencia de la gestión del comercio, las cantidades cayeron 0,8%.

En términos desestacionalizados, las compras al exterior aumentaron 2,7%, mientras que la tendencia-ciclo registró una caída de 1,6% con relación a diciembre de 2022.

De este lado de la balanza, se elevaron las compras de combustibles y lubricantes (CyL), 96,1%; y de piezas y accesorios para bienes de capital (PyA), 21,4% pero se redujeron las importaciones de resto, 31,3%, fundamentalmente por la menor compra de bienes despachados mediante servicios postales (couriers).

El mismo rumbo a la baja mostraron los bienes de capital (BK), 12,3%; vehículos automotores de pasajeros (VA), 11,8%; bienes intermedios (BI), 10,5%; y bienes de consumo (BC), 8,1%.

Así, el saldo de la balanza comercial fue negativo en u$s 484 millones, lo que refleja una diferencia de 781 millones de dólares inferior al resultado que alcanzó en el mismo mes del año anterior, cuando el superávit llegó a u4s 297 millones.

En 2022, Argentina acumuló un superávit de 6.923 millones de dólares en 2022, frente a los 14.751 millones de dólares registrados en 2021.

UN AÑO AGITADO

Los buenos precios en el mercado internacional permitieron cerrar el 2022 con récord de exportaciones, pero en cantidad se perdió 2,5%. El panorama comienza a cambiar, en línea con las proyecciones globales de caída en general en el volumen de las operaciones, que anticipó la Organización Mundial del Comercio (OMC).

 En el plano local, Marcelo Elizondo, analista de comercio internacional, advierte sobre problemas de competitividad, los efectos del “dólar soja” y los daños que produjo la sequía en el campo, el principal generador de divisas para el país.

Con el calendario electoral corriendo, la restricción de divisas persistirá y será uno de los mayores desafíos de la cartera económica. “Argentina va a tener problemas cambiarios a lo largo de todo el año porque los precios no van a ser tan buenos como en 2022 – por efecto de la guerra- y la oferta exportable se reduce por la sequía”, explicó.

Además, agregó que el factor político hará su parte frente a la expectativa de cambio de Gobierno que puede traer modificaciones en el régimen cambiario, el exportador “va a diferir todo lo que pueda”, generando mayor tensión sobre las reservas y presión en las importaciones.

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