En otro ejemplo del caos de la integración latinoamericana y del Cono Sur en particular, el presidente de Brasil, Luiz Inácio da Silva, ha solicitado se importen menos vehículos desde la Argentina. Y eso a pesar de que el gobierno argentino ha considerado que ha llegado en el país del norte un presidente “amigo”. Otros, que no eran considerados amigos, como el ex presidente Jair Bolsonaro nunca planteó estas cuestiones de restringir las compras de vehículos argentinos y por el contrario la Argentina ha estado exportando, en los tres últimos años, vehículos de manera creciente. De cada diez automóviles que circulan en Brasil uno es argentino. A pesar del aumento de las exportaciones locales el gobierno argentino impuso severas restricciones a las compras desde cualquier origen, incluidos los países del Mercosur, algo que obviamente viola la normativa del mismo.
El AAP.CE/14, Acuerdo Automotor con Brasil, es un acuerdo de los llamados de comercio administrado. Limitar ahora, unilateralmente, las importaciones desde uno de los dos Estados Partes (Argentina ya lo ha estado haciendo) por parte de Brasil, resultaría una nueva violación a lo convenido. Probablemente, el presidente brasileño no haya leído o no conozca lo establecido en el Acuerdo Automotor. Igual caso del embajador argentino en Brasil que ha manifestado su contrariedad por restricciones brasileñas a las importaciones de productos argentinos cuando su propio país las está aplicando, de igual manera, transgrediendo lo acordado, también desde un rato largo. Por ejemplo, en los primeros veintidós días de marzo la Secretaría de Comercio no había autorizado una sola de las solicitudes de importación de vehículos brasileros. Como dijimos alguna vez, el Mercosur es una sociedad de infractores.
Carlos Canta Yoy (Todocomex)