Las fábricas dejan de producir en el país y pasan a dar servicios. Las energéticas encabezan las compras al exterior

La política industrial de La Libertad Avanza se reduce a reuniones de orientación vocacional en las que los pocos funcionarios que reciben a los empresarios del sector se limitan a recomendarles que dejen de producir y se conviertan en importadores.

La recomendación del gobierno funciona bastante bien, porque el número de industriales que cambian de camiseta crece en forma cotidiana, con el sector energético a la cabeza, que pasó a comprar en el exterior bienes de capital, intermedios, equipos y repuestos. Otros, como el textil, se concentra en la adquisición de bienes de consumo.

El Indec reveló que en junio el Intercambio Comercial Argentino (ICA) movilizó U$S 13.645 millones, un 21,2%  más que en el mismo mes de 2024. De ese total, U$S 6370 millones se fueron del país para pagar las importaciones, que experimentaron un crecimiento interanual del 35,9%. En los primeros seis meses del año aumentaron un 34,6 por ciento.

En junio, las mayores entradas fueron de Bienes intermedios, por U$S 2140 millones (un 19,3% más que en junio de 2024); Bienes de capital, por U$S 1217 (100,7% más interanual); y Piezas y accesorios para bienes de capital (37,2% más que un año atrás).

Los rubros que más aumentaron son los que suelen crecer cuando la industria produce fuerte o cuando se espera que suba su producción. Sin embargo, la recuperación de la industria en lo que va de 2025 es relativa (si se considera que la base de comparación es el pésimo ciclo 2024), además de lenta y heterogénea. Entonces ¿quién importa bienes de capital?

Energía

El presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, señaló que la demanda proviene del sector energético, que viene de un 2024 récord y este año sigue con la tendencia: en junio, la producción de petróleo creció 16,2%, la marca más importante en 24 años, y la de gas remontó 7,6%, su mejor registro desde 2003.

También incide la reciente desregulación de las importaciones de bienes de capital a través del DNU 273, publicado el 16 de abril, que eliminó restricciones para la compra de unidades usadas y que dio resultados en pocas semanas.

Un factor adicional es que las industrias están sacando ventaja del dólar barato para comprar maquinarias y equiparse pensando en el futuro: “Los que dejan de producir se transforman en representantes de fabricantes de equipamiento de empresas chinas y se transforman en empresa de servicios”.

Lejos de cuestionar, Rosato explicó que la razón es la falta de competitividad: “El que fabricaba bombas para la industria petrolera no fabrica más, porque no puede competir: acá el precio es U$S 100 mil y en el exterior U$S 50 mil”, resumió.

Mientras tanto, la producción local de ese tipo de bienes se viene abajo: en mayo cayó 2,1% y en junio 1,2%, según la Asociación de Industriales Metalúrgicos (Adimra). La consecuencia de esas caídas se mide, primero, en despidos y suspensiones de personal, y después, en menos poder adquisitivo y más enfriamiento de la economía.

Lo que viene

Otro caso notable es el de las importaciones de vehículos automotores de pasajeros, que en junio aumentaron 248,5% y sacaron del país unos U$S 509 millones. En el mismo mes, según Adimra, la producción nacional de autopartes cayó 2,6%.

En el sector automotriz, el gobierno también flexibilizó por medio de la Resolución 293 las condiciones para importar autos de pasajeros y otros que son de interés, nuevamente, para la industria de los hidrocarburos. El impacto de esa medida se conocerá en los próximos meses.

El segmento Bienes de consumo, es decir, el tipo de bien terminado y listo para su venta en el mercado interno, sin trabajo local, importó por U$S 893 millones y fue el cuarto rubro más importador en la lista del Indec.

Sin embargo, el número de junio da cuenta de un aumento del 90,9% interanual que tiene en alerta a los industriales, aunque con matices.

El vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Guillermo Moretti, declaró esta semana a El Destape que se espera una embestida importadora a partir de agosto. Remarcó que la situación actual es comparable a la de 1890 y que en los próximos meses los sectores más golpeados serán el del calzado y el textil.

Para Rosato, las importaciones de bienes de capital van a seguir. Las de bienes de consumo, en cambio, estarán limitadas por la demanda interna. También incidirán los problemas del gobierno para acumular reservas, que funcionarán como barrera de contención para una presunta avalancha.

Por: Martín Ferreyra (Tiempo Argentino)

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