La Dirección General de Aduanas (DGA) clausuró por 48 horas las operaciones de dos depósitos fiscales de uno de los principales actores del mercado, situados en el Puerto Buenos Aires y en Barracas, luego de una inspección integral realizada junto con la AFIP en la tarde del miércoles.
La inspección sobrevino horas después de que la empresa les informó a sus clientes la nueva modalidad de liquidación de los gastos en dólares, “con una corrección por desfasaje entre el aumento de costos y el tipo de cambio (oficial)”, que arroja “un tipo de cambio corregido para julio de $379,73”.
Tras la misma, el depósito fiscal, suspendido, dio marcha atrás con la comunicación que plasmaba su estrategia de cobertura ante un contexto de extrema incertidumbre generado por el “cepo perfeccionado“.
Así como el depósito fiscal buscó cubrirse ante los desajustes entre la inflación, la devaluación y el desconcierto por las autorizaciones de las SIRASe, un agente de cargas (quien contrata espacio en bodega aérea o marítima por cuenta y orden de importadores y exportadores) también les comunicaba a sus clientes las medidas que adoptaría para “neutralizar” los efectos de “cualquier posible variación cambiaria” en una actividad con gastos que se facturan en dólares y se cancelan en pesos.
Comex, el sector del “sálvese quien pueda”
“Para facturas por servicios de cargas aplica el ‘tipo de cambio comex‘ para marítimo o aéreo, según corresponda”, les indicaba el agente a sus clientes, tras aclarar además que cualquier tipo de cancelación en pesos será tomada “a cuenta”.
El “tipo de cambio comex”, más allá de no existir, es el nombre con el que en el mercado bautizaron al tipo de cambio de subsistencia, o sea, el que cuadra con sus expectativas y capacidad de aguantar la discrecionalidad en los plazos que fijó el Gobierno.
“Es un sálvese quien pueda”, confesó un operador con más de 40 años en actividad, tras ilustrar la actividad actual como la de una “economía de guerra”.
“Hace unos días, el ferry chileno que hace el cruce entre Punta Arenas y Tierra del Fuego no dejó subir a 10 camiones argentinos. El dueño de la empresa de camiones tuvo que pagar con su tarjeta de crédito personal el viaje: la empresa de camiones ya no tenía cuenta corriente, y la compañía chilena no iba a esperar 90 días para el pago”, contó.
Esos camiones son los que llevan los pocos insumos importados que llegan al Puerto Buenos Aires para la producción de electrodomésticos, celulares y computadoras en Río Grande, Tierra del Fuego. Una de las industrias “sensibles”, que luego cargo los productos terminados a los mismos camiones para recorrer el camino inverso a Buenos Aires y otros centros de consumo.
Estas son sólo algunas de las situaciones que se ven a diario en fronteras, depósitos, puertos y oficinas comerciales de los actores de la logística y el transporte internacional donde ya no se puede acceder al tipo de cambio oficial de manera automática para cancelar un servicio internacional o en dólares, y donde la cantidad de pesos que se acepta es directamente proporcional a la espalda financiera, estructura de costos y al crédito de casas matrices o de proveedores del exterior.
Por ejemplo, hay un tipo de cambio prácticamente por cada línea marítima que opera en el país buques portacontenedores, con una variación que va de los 299 a 365 pesos por dólar.
Emiliano Galli (Yahoo Finanzas)