El titular de la cartera hidrocarburífera boliviana también cuestionó que hace dos años que Argentina tiene problemas para efectivizar los pagos por los envíos de gas y manifestó que espera que desde la Casa Rosada se ponga al día con los pagos del contrato.
Si bien desde el país vecino reconocieron que Argentina mostró su interés por seguir con el acuerdo, el declino de la producción hace muy difícil cumplir con los compromisos.
En los cálculos de la Secretaría de Energía de la Nación se establece que los envíos de gas de Bolivia se cortarían en octubre. “La importación de gas de Bolivia disminuirá a cero a partir de octubre, en principio, para nunca más volver”, consideró Fernando Solanet, subsecretario de Gas de la Nación, en el marco de la audiencia pública.
Según el esquema previsto por la gestión de Javier Milei, las importaciones de Bolivia se mantendrán en julio, agosto y septiembre, con volúmenes de 4,5 millones y 2,4 millones de metros cúbicos por día, respectivamente.
El Gobierno nacional pretende extender los envíos de gas desde Bolivia debido a los retrasos en la obra de reversión del Gasoducto Norte. El proyecto será clave para sustituir las importaciones gracias al potencial de Vaca Muerta.
Los trabajos vienen con un retraso importante. Es que se estimaba que las tareas estuvieran finalizadas en mayo, pero todavía falta que se lleven a cabo adjudicaciones de la licitación del Renglón 1, donde Nación decidió dividirla en dos y las empresas volvieron a presentar sus ofertas.
Las proyecciones marcan que las siete provincias del norte argentino deberán atravesar el invierno con el gas importado desde Bolivia.
Tal como viene informando +e, la región está muy interesada en la culminación del Gasoducto Norte. La obra permitirá llevar el shale gas hasta Brasil a través de las redes de transporte de Bolivia y abastecer al norte de Chile. “Seguimos con atención el Gasoducto Norte. Brasil siempre está interesado en el gas de Vaca Muerta, pero Argentina debe poner reglas claras y no cambiar todo de un día para el otro”, sostuvieron a este medio desde el gobierno de Lula Da Silva.
Por Antonio Ojeda (lmneuquen.com)