Tal como informó previamente Escenario Mundial, el gobierno argentino ha publicado un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que aprueba de manera anticipada las operaciones de deuda vinculadas a un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Este acuerdo, el número 23 en la historia argentina con el organismo, busca refinanciar vencimientos previos y mejorar la estructura de la deuda pública.

De acuerdo con el decreto, los fondos obtenidos se utilizarán para cancelar compromisos con el Banco Central de la República Argentina (BCRA) y afrontar vencimientos con el propio FMI en los próximos cuatro años.

A pesar de la falta de detalles sobre el monto específico del crédito y sus condiciones, se anticipa que el financiamiento se estructurará bajo un Programa de Facilidades Extendidas (EFF, por sus siglas en inglés), con un plazo de devolución de 10 años y un período de gracia de cuatro años y medio antes de iniciar los pagos.

Una relación histórica con el FMI y su impacto en la economía argentina

Argentina ingresó al FMI en 1956 y desde entonces ha firmado 22 acuerdos con el FMI, acumulando desembolsos por más de 180.000 millones de dólares, donde la historia de estos programas ha estado marcada por períodos de financiamiento seguidos de crisis económicas que han derivado en sucesivas reestructuraciones y nuevos acuerdos.

El préstamo más significativo se produjo en 2018, durante la presidencia de Mauricio Macri, cuando se pactó un programa de 57.000 millones de dólares, aunque finalmente se desembolsaron 44.500 millones. Posteriormente, en 2022, la administración de Alberto Fernández acordó una reestructuración de ese crédito bajo un EFF que extendió los plazos de pago.

Actualmente, Argentina es el principal deudor del FMI, representando cerca de un tercio del total de préstamos otorgados por la institución. Le siguen Ucrania y Egipto, con el 10,1% y 7,7% de la cartera de créditos, respectivamente. Fuente: GMA Capital.

El impacto del nuevo acuerdo en la deuda argentina

El nuevo acuerdo, según especialistas y consultoras económicas, no generaría un aumento en la deuda bruta del país si se utiliza exclusivamente para cancelar pasivos existentes, pero a pesar de esto, sí modificaría su perfil, reduciendo la deuda intra-Estado y aumentando la deuda externa con organismos internacionales.

Uno de los puntos clave de esta operación es la recompra de deuda del Tesoro en poder del BCRA, específicamente las Letras Intransferibles, emitidas desde 2006 como un mecanismo de financiamiento en el cual el Tesoro entregaba títulos al Banco Central a cambio de dólares de las reservas.

La operación le permitiría al BCRA mejorar su hoja de balance al sustituir estos títulos por dólares líquidos provenientes del FMI, y, auqnue la diferencia en la valuación contable de las Letras Intransferibles podría generar una reducción de la deuda bruta en términos nominales, aunque sin un impacto real en la capacidad de pago del país.

¿Para qué se utilizará este financiamiento?

Uno de los aspectos más debatidos en torno al nuevo acuerdo es su posible incidencia en la política cambiaria. Un informe del banco estadounidense Citi señaló que si Argentina logra un financiamiento del FMI superior a los 20.000 millones de dólares, o si recibe apoyo adicional del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (por unos adicionales 5.000 millones de dólares), podría avanzar en la eliminación de las restricciones cambiarias durante 2025.

Si los nuevos fondos se destinan a cubrir pagos de corto plazo, las compras futuras del BCRA podrían fortalecer directamente las reservas internacionales, facilitando una mayor flexibilización en el mercado cambiario, entendiendo que la administración de Javier Milei ha señalado que la salida del cepo será gradual para evitar desequilibrios macroeconómicos.

Fuente: Escenario Mundial

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