Los compromisos tuvieron en octubre un crecimiento récord de USD3.000 millones. Una herencia que complica la eliminación del cepo cambiario y las preocupaciones de los industriales sobre lo que hará el nuevo Gobierno
La deuda comercial por importaciones de bienes creció en USD 3.000 millones en octubre, un récord mensual para la gestión de Alberto Fernández, y el stock total incluyendo servicios quedó al borde de los USD 60.000 millones. Esos compromisos más que duplican el promedio de las últimas décadas y, en vistas de que la mayor parte es de vencimientos a corto plazo, serán un problema a futuro para eliminar el cepo cambiario en un contexto de escasez de reservas. Las empresas mantienen preocupación por cuál será la salida que buscará desde el 10 de diciembre el Gobierno de Javier Milei y la posibilidad de que una eventual devaluación incremente el costo en pesos de dichos vencimientos.
La consultora ACM calculó que en lo que va del año los pagos postergados por importaciones ascendieron a USD 17.012 millones y destacó que el stock total es 40% superior al que había en el mismo periodo de 2022. “Este panorama refleja un creciente endeudamiento de los importadores, el cual deberá ser saldado eventualmente, generando una mayor presión sobre el déficit de la cuenta de bienes más adelante”, apuntaron.
Históricamente siempre hubo una porción de las importaciones que se financiaron con plazos de pago relativamente razonables, aunque el nivel actual se encuentra muy por encima del habitual y el acortamiento de los plazos de pago complican la planificación de muchas compañías. Al calor de la profundización de la escasez de reservas y la profundización de las restricciones al comercio exterior, el monto flotante mostró casi que se duplicó desde el 2022 hasta la fecha.
El problema de la carga de deuda es que en su mayoría es exigible en el corto plazo que rara vez supera los tres meses. La consultora Romano Group resaltó que dos terceras partes de los compromisos no superan los 90 días de vencimiento. La duda es qué pasaría si, en caso de una liberalización rápida del mercado cambiario, todos los importadores reclamaran los dólares necesarios para cumplir con sus obligaciones.
Te puede interesar:En la campaña el BCRA pisó USD 2.000 millones en pagos de importaciones y destinó esos dólares a intervenir el mercado cambiario
La consultora Invecq comentó que, al analizar la composición de esa deuda, pero con foco en bienes, el principal acreedor son empresas del mismo grupo con más de la mitad del total (USD 28.442 millones). Se conoce como “intercompany”. En la Unión Industrial Argentina (UIA) consideran que debería darse primero una salida a las pymes, para luego sentarse con las grandes compañías por sus compromisos con casas matrices, fundamentalmente en el sector automotriz, y comenzar a normalizar la carga de manera gradual a partir del año que viene.
La última encuesta realizada por la UIA entre sus socios arrojó que hasta agosto el 71% de las empresas relevadas, incluyendo pymes, registró dificultades en la aprobación de las SIRAs mientras que en abril eran el 58%. Los tiempos de habilitación empeoraron para el 80% de los consultados y el 77% presentó inconvenientes para afrontar pagos a proveedores. Esas dificultades empeoraron tras la devaluación de las PASO y la utilización de reservas para contener la brecha cambiaria, en un contexto de escasez.
De todos modos, en el sector fabril no hay certezas sobre lo que sucederá después del 10 de diciembre. Este jueves la UIA realizará su tradicional Conferencia Anual en el Centro de Convenciones de la Ciudad de Buenos Aires bajo el lema “Hay industria, hay futuro”. El presidente electo fue invitado a dar el discurso de cierre, como suele ser habitual, pero no está confirmada su participación. Sí asistirán los futuros ministros del Interior, Guillermo Francos; y de Relaciones Exteriores, Diana Mondino. Por ahora no está confirmado si habrá una cartera industrial ni tampoco el detalle del equipo económico de La Libertad Avanza.