En el Congreso Internacional de Maíz, que se realiza en Paraná, Entre Ríos, hubo pedidos para que se baje la presión fiscal, como las retenciones
PARANÁ.- Inversión, crecimiento de áreas sembradas y de rendimiento productivo, aplicación de conocimientos científicos y tecnológicos, baja huella de carbono y sustentabilidad ambiental fueron algunas de las características que se destacaron de la producción del cultivo del maíz en la Argentina en lo que fue la primera jornada del Segundo Congreso Internacional del Maíz, que comenzó en la capital entrerriana este martes y continuará mañana. Pero, además de todos esos aspectos que definen al sector productivo, hubo una alusión unánime a llamar a los derechos de exportación como “penalización del comercio exterior”, lo que significó también el reclamo para poner fin a la intervención en el mercado. El maíz tributa un 12% de derechos de exportación.
Durante la jornada inaugural en el Centro Provincial de Convenciones, en el evento, organizado por Maizar y La Pastelera Producciones, el presidente de Maizar, Pedro Vigneau, habló de las oportunidades que no se aprovechan, entre otros puntos. “Tenemos que estar muy orgullosos de ustedes, los productores, aunque por supuesto que tenemos problemas. Por ejemplo, el Índice FADA es del 74,6 por ciento. Ese es el porcentaje que se lleva el Estado [por impuestos]. Y, así, se hace complicado. Nos hace falta mejorar la tecnología, entre otras cosas, pero me quiero centrar en la enorme oportunidad que tiene la Argentina. Somos los productores más eficientes del mundo, con la menor huella de dióxido de carbono del planeta. La Argentina tiene mucho para ofrecer al mundo. Sin embargo, en el país tenemos casi el 50% de la población bajo pobreza. Es intolerable esa cifra y más aún por las potencialidades que tenemos. La idea es contarle esta historia a los decisores políticos para que se adopten las políticas correctas de incentivo a la producción”.
Fue muy creativo al momento de ampliar respecto de su idea: aludió a la vestimenta que llevaba puesta y dijo que su traje fue hecho con derivados del maíz y las zapatillas -de un blanco que resaltaba y agregaba estilo personal- también fueron fabricadas con polímeros de maíz a partir de la fermentación.
“Nosotros tenemos las mejores condiciones naturales para la siembra del maíz, pero esta tela de maíz fue hecha en Estados Unidos y las zapatillas, en China. Acomodemos la macroeconomía, contémosle al mundo esta historia de posibilidades que tenemos y así a estos productos los vamos a poder estar haciendo en el país. Los datos son objetivos, concretos y medidos e indican que podemos hacerlos”, agregó.
En otro tramo, Vigneau comparó que mientras la Argentina convierte el 4% de su producción de maíz en etanol, Brasil destina el 23% y Estados Unidos el 29%. “Alrededor del etanol se puede generar proteína animal y eso es un círculo virtuoso que podríamos estar aprovechando. Por no aprovecharlo y por lo que está pasando en el país es que esta Argentina nos duele tanto”, se lamentó.
Sergio Busso, ministro de Agricultura de Córdoba, hizo una crítica al gobierno nacional y también se refirió a las retenciones. “Desde las provincias acompañamos (al sector productivo) pero tenemos limitaciones. La presión fiscal hay que medirla en qué corresponde a la Nación y qué a las provincias. En un país normal no tendría que haber ningún tipo de penalizaciones a las exportaciones porque lo contrario, es decir el incentivo, generaría más trabajo”.
“Hay cosas que se hacen que son inentendibles. Es increíble que haya normativas que hagan involucionar. Quizás porque hay otro tipos de intereses”, lanzó.
En esta línea, Joaquín Pinasco, CEO de La Pastelera, apuntó: “Los derechos de exportación no debería ser el tema sobresaliente. Si nos diéramos cuenta de eso, de la importancia del maíz para la economía y el desarrollo, el tema se caería solo. Somos el único país de América que penaliza la exportación”.
La postura de Bordet
En este contexto, el gobernador entrerriano, Gustavo Bordet, se preguntó: “Quién no quisiera vivir en un país que no penaliza las exportaciones”. Luego abogó inmediatamente por consensuar políticas estables entre todas las fuerzas partidarias y el sector productivo. En ese sentido, destacó el modo en que trabajan las provincias de la Región Centro, que desde hace 25 años integran Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
“De qué sirve ganar una elección si no hay una actitud convocante a un gobierno de unión nacional”, afirmó y consideró que esa unión nacional “tiene que ser sobre la base de un gran acuerdo, económico, político, social, empresarial, que nos permita definir esas políticas públicas que sean intocables y que se puedan superar de esta manera los problemas estructurales que tiene el país”, remarcó.
Juan José Bahillo, secretario de Agricultura, estimó que la actual campaña cubrirá 10,5 millones de hectáreas y dejará una producción de 60 millones de toneladas. “Cuando decimos que se van a sembrar más de 10 millones y media de hectáreas, hablamos de que el sector invertirá 7800 millones de dólares para la siembra”, afirmó.
Precisó que en el país hay 45.000 productores de maíz y que el 90% siembra menos de 400 hectáreas y la mayoría sobre superficies arrendadas.
“Nuestro maíz es el de mejor huella ambiental del mundo y en parte se debe a las exigencias de los consumidores y está bien que así sea. Pero muchas veces nos quieren condicionar de ese modo para imponer barreras arancelarias o paraarancelarias. Nosotros no somos los deudores ambientales, sino acreedores ambientales y a esa dialéctica tenemos que sostenerla con números y tenemos que seguir trabajando en el desarrollo de nuevos mercados. No hay sostenibilidad de la evolución de las cadenas si no abrimos nuevos mercados”, remarcó.