La balanza comercial con Brasil arrojó en julio un superávit para la Argentina de US$ 34 millones y suma cinco meses consecutivos de datos positivos.

Si se mira el vaso medio lleno, el dato es relevante dado que la relación con el principal socio del Mercosur siempre fue deficitaria para el país y el resultado se dio en un marco de devaluación del real, que suma casi 17% en el año, y de apreciación del peso argentino.

El vaso medio vacío da cuenta de que las importaciones argentinas no logran levantar cabeza y, teniendo en cuenta el perfil del comercio bilateral, el impacto se siente más en las manufacturas y dan cuenta de la recesión industrial local.

Reversión

En los primeros siete meses de 2024, se acumula un saldo positivo de US$ 141 millones, una reversión positiva de US$ 4261 millones si la compara con el déficit acumulado de US$ 4120 M en igual tramo de 2023. El año pasado, la Argentina debió importar soja debido a la merma local producto de la sequía y para poder cumplir con los contratos agroindustriales de exportación de harina y aceite.

 

 

Según explicó Abeceb, la reducción en las importaciones de soja explicaron el 40% de la reversión en la balanza comercial, mientras que el otro 6% se fundamentó en la menor importación de energía eléctrica.

En el saldo total, las importaciones desde Brasil alcanzaron los US$ 1167 millones en julio y mostraron una caída del 28% anual, en tanto que las exportaciones sumaron US$ 1201 millones, lo que marcó un crecimiento del 20% interanual.

Fuente: Trade News

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