Desde que el 24 de julio último Massa le prometió a la Sociedad Rural Argentina que bajaría a cero los derechos de exportación para las seis economías regionales que seguían gravadas, la cotización el dólar subió 29,15% ($79), primero por la aceleración del crawling peg de las tres semanas previas a las PASO y luego por el salto devaluatorio postelectoral del 22%. De hecho, este último hizo caer en desuso el cuarto Programa de Incentivo Exportador (PIE) también conocido como dólar maíz en la medida en que con el nuevo tipo de cambio oficial mayorista a $350, para los agroexportadores el tipo de cambio diferencial a $340 vigente originariamente hasta terminar agosto dejó de significar un incentivo.
La devaluación también puso fin a la presión por un nuevo dólar soja con el que fomentar la liquidación de las 9 millones de toneladas que todavía están acopiadas de la última cosecha. En efecto, gracias al nuevo tipo de cambio –que el Ejecutivo asegura que se mantendrá por 90 días y el BCRA  aspira a poder sostener después de octubre- ya le permitió al Banco Central USD 463 millones en tres días. La adquisición de reservas en el MULC sumó USD 1.696 millones desde el lanzamiento del programa de fomento a las exportaciones el 24 de julio próximo pasado.
De allí que surgieran interrogantes respecto de una mejora adicional del tipo de cambio para las economías regionales con un posible impacto recaudatorio, al fin y al cabo la devaluación más que compensó la carga arancelaria. En efecto, las exportaciones de arroz actualmente están alcanzadas por una alícuota del 5% al 6% dependiendo del tipo de grano; las de maní, del tabaco elaborado, del vino y de la producción forestal por una del 4,5%; mientras que las del tabaco sin elaborar y los cítricos tributan 12% sobre el precio free on board (FOB).

Sin embargo, el equipo del Secretario de Agroindustria, Ganadería y Pesca, Juan José Bahillo, confirmó la determinación del Gobierno de mejorar aún más el tipo de cambio para estas economías regionales, que son las únicas que siguen gravadas con derechos de exportación.
Al respecto, Marcelo Federici, vicepresidente de  Coninagro, dijo a BAE Negocios: “Es una buena decisión, en especial para los productos más elaborados de cada economía regional porque cuanto más valor agregado hay en bien de exportación, más termina repercutiendo la alícuota sobre el precio para el producto primario. Así, en el caso de una botella de vino que hay envase de cartón, de vidrio, tapón y etiqueta y diseño además del vino, l a carga del 4,5% sobre el producto final se convierte, en la práctica en una carga del 20% sobre el vino, sobre el productor”.
Al respecto, Federici, ejemplificó que Argentina tiene una capacidad exportable del orden de los USD 900 millones al año entre vinos fraccionados y a granel y, si bien, este último viene quedando fuera del mercado porque el costo local supera ampliamente el precio internacional, la mejora en el tipo de cambio que le agrega la quita de retenciones colabora a la salida de la producción exportable al resto del mundo. Sin embargo, el referente agrario, no extendió la aseveración a la devaluación del 22% de esta semana: “Todavía hay que ver cómo reaccionan los precios internos para evaluar cómo quedamos. Hasta el viernes con el dólar agro y la quita de retenciones teníamos un tipo de cambio estímulo de $340”, dijo.