El campo ya dio todo lo que tenía, con escasez de cosecha y una sequía que obliga a replantear el negocio, los dólares por ingresar son escasos

El Gobierno nacional deberá enfrentar el año 2023 con profundas dificultades, la inflación está indomable, la tasa de interés deberá ser elevada y el tipo de cambio se utilizará como ancla para detener la suba de los precios.

El gobierno está colocando deuda en el mercado para poder financiar el déficit presupuestario, las colocaciones logran rendimientos increíbles, por ejemplo, una letra con vencimiento al 31 de marzo rinde el 109,5% anual, cuando colocar en un banco sumas superiores a $ 20 millones a un plazo de 30 días no pagan más del 91% anual de tasa efectiva.Los problemas están por venir. Se conoció que la cosecha de soja, que en el año 2022 ascendió a 43,3 millones de toneladas, será inferior a los 35 millones de toneladas y en el caso del maíz, que en el año 2022 fue de 51,1 millones de toneladas, sería inferior a los 42 millones de toneladas. Esto implicaría que podrían ingresar al país unos u$s 8.000 millones menos de exportaciones, menos reservas, ingresos fiscales y recalculando el presupuesto.Un problema adicional es que la sequía en Argentina difícilmente repercuta en los precios. En el año 2022 Brasil cosechó 125,5 millones de toneladas de soja y este año cosecharía 152,9 millones de toneladas, con la ganancia de Brasil compensa y supera la caída de cosecha de soja Argentina. En maíz sucede algo parecido, en el año 2022 la cosecha de maíz de Brasil fue de 112,8 millones de toneladas y este año cosecharía 123,7 millones de toneladas. Esto implica que hay soja y maíz a escala mundial, no hay peligro de suba de precios, una mala noticia para Argentina.

El mercado de soja, maíz y trigo está totalmente intervenido por el gobierno, que con decisiones espantosas no deja que los precios fluyan en el mercado.

Soja

El incentivo del Dólar Soja fue un regalo a los dueños de campo, que con un dólar diferencial salieron a reclamar el pago de los alquileres, dejando a los que producen con un precio bajo, y a los que viven de rentas con un precio elevado. El dólar soja encareció el alimento de la cadena de agregado de valor, como es el caso de la ganadería y la lechería, produciendo quebrantos que impactaron en la oferta y que hoy emergen en el mercado con aumentos de precios en el sector de carnes y lácteos, algo que es irreversible y que el Estado no podrá controlar, ya que es un problema derivado de los escasez de mercadería. El stock de soja existente en el mercado es muy bajo, el remanente de esta campaña serían 7,8 millones de toneladas, pero esta cifra podría reducirse a la mitad por ventas en el mercado informal, con lo cual no hay posibilidades de un dólar soja para el mes de marzo. Por otro lado, el gobierno les permitió a los exportadores importar de Paraguay y Brasil cerca de 7 millones de toneladas de soja, algo que muchos desconocen a la hora de hablar de la posibilidad de un Dólar Soja 3.

Maíz

Los exportadores compraron anticipadamente maíz, hoy tiene en un stock de 6,1 millón de toneladas, de las cuales 3,9 millones de toneladas están a fijar. Esta mercadería no se sabe cuándo la podrán embarcar, lo que está claro es que no necesitan comprar porque el Estado es impredecible. Con los exportadores fuera del mercado de maíz, y con mercadería a precio abierto por 3,9 millones de toneladas, el precio tiene muchas chances de quedarse en los niveles actuales o bajar, nadie paga caro lo que no sabe si podrá vender en tiempo y forma. Mercado del maíz fraccionado e intervenido, el que no vendió se embromó. No hay posibilidades de un dólar maíz, si ello ocurriera subiría el precio de las carnes y los lácteos, algo que va a contramano de lo que necesita el gobierno.

Trigo

El gobierno postergó las exportaciones, el año pasado la cosecha de trigo fue de 23 millones de toneladas, este año menos de 12 millones de toneladas, el gobierno perdió u$s 3.000 millones de exportaciones, sumadas a las pérdidas en soja y maíz estamos en u$s 11.000 millones menos de reservas y caída de ingresos fiscales por retenciones. Con un mercado muy chico de trigo, exportaciones limitadas y un sector exportador sobrecomprado, los precios no están a la suba, salvo mercadería de alta calidad. La sequía dejó pésimas calidades de trigo, lo bueno vale.

En el mercado de la ganadería vacuna, la sequía dejó una venta masiva de animales en los últimos meses del año 2022, en especial hembras, que hoy pone en peligro el stock ganadero del año 2024. Durante el año 2022 la faena fue de 13,5 millones de cabezas, de las cuales un 45,2% fueron hembras. Esta faena representó un 25,3% del total del stock, con lo cual peligra el crecimiento del stock futuro.

La sequía está incrementando la oferta de animales, mientras que en el año 2021 se faenaron 13,0 millones de cabezas, en el año 2022 se faenaron 500.000 cabezas adicionales, de las cuales 290.000 fueron hembras. Alerta.

La oferta de animales está llegando a su fin y esto hizo que en el mes de enero la demanda de animales superara a la oferta existente, lo que hizo saltar a la suba los precios. El precio de la hacienda en pie en el mercado de Cañuelas aún no recuperó la inflación de los últimos 12 meses, y difícilmente pueda convalidar mayores precios. La demanda de carne está sustentada por la demanda del asalariado, que hoy se encuentra perdiendo poder adquisitivo todos los meses. Es probable que la carne haya llegado a un techo y que en los meses sucesivos estos precios se repitan.

En Argentina se faena el equivalente a 3.133.000 toneladas, de las cuales el 71,6% se destina al mercado interno y el 28,4% a la exportación. El 78,0% de lo exportado va con destino a China, es carne que no se consume en el país, son vacas que ya cumplieron su vida útil, es carne de baja calidad y que en el pasado no tenía valor en el mercado interno.

Argentina debería exportar más carne y dar paso al consumo de carne alternativa de menor precio, como debería ser el caso de aves, carne ovina, porcina, entre otras.

Conclusión

Argentina perdería cerca de u$s 11.000 millones de exportaciones y podrían ser muchas más si el gobierno sigue ajustando el tipo de cambio a un ritmo del 4,0% por debajo de una inflación estimada para enero entre el 5,5% y 6,0%.

Los precios de los productos que exportamos no tienen perspectivas de suba, el mundo crecerá menos que en el año 2022, la tasa de interés es más elevada y no hay un escenario disruptivo por delante.

La economía argentina mostraría un PBI en baja para el año 2023, por ende, habrá que prepararse para un año en donde las ventas serán bajas y habrá que trabajar en la mejora de productividad y baja de costos.

Si en este contexto, el gobierno elige a contrapelo del sector privado expandirse y financiar el déficit con deuda o emisión, la brecha cambiaria seguirá siendo elevada y el dólar de $ 380 es una ganga. Pero sería mucho más grave, que la oposición que puede gobernar el país en el año 2023 avise que la deuda contraída por el actual gobierno no sería honrada, eso sería determinante para que el blue alcance valores impensados.

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