El fin de 2024 encuentra al comercio exterior argentino en un escenario multiforme. Estimaciones preliminares indican que las exportaciones anuales (que pueden estimarse en unos 78.500 millones de dólares) habrán crecido un 18%, recuperándose de la dura caída padecida en 2023 (-24%). El alza de 2024, además, se acelera porque en los últimos meses el crecimiento supera al promedio anual (en noviembre se elevaron 31% contra el mismo mes del año anterior y en octubre lo habían hecho en 30%). Luego de un 2023 en el que la Argentina (afectada por varios factores, desde la sequía hasta las políticas restrictivas e intervencionistas) tuvo la peor participación histórica en el total del comercio exterior mundial (0,22%), este año 2024 se recuperará una participación de alrededor de 0,30%.

Mientras tanto, las importaciones (que pueden estimarse para 2024 en unos 60.600 millones de dólares) han caído fuertemente. Un descenso de 20% contra las cifras del año anterior muestra niveles inusitadamente bajos. Ya en 2023 el ratio importaciones/PBI (bienes y servicios) fue de 13,9%, lo que representó el tercer nivel más bajo del planeta (en el mundo, ese ratio fue de 28,5% y en Latinoamérica fue de 25,4%).

Con el descenso de 2024 (que en los últimos meses se ha desacelerado, en lo que se vincula con un inicio de cierta recuperación de la actividad económica doméstica), la Argentina se consolida entre los tres países menos abiertos del mundo: el ratio en 2025 rondará 12,5%, el más bajo de toda nuestra región.

Ello ofrece un resultado de la balanza comercial de bienes superavitario en la cifra nominal (medida en dólares corrientes) más alta de la historia, algo superior a los 18.000 millones de dólares, lo que debe compensarse con un déficit en la balanza de servicios que puede estimarse en más de 5000 millones.

En materia de exportaciones de bienes, en 2024 hay que destacar la recuperación de las ventas de la cadena agroproductiva (los primarios crecen 26% y los manufacturados 23%), lo que volvió a poner a las exportaciones de estas agrocadenas en el nivel de mayores contribuyentes al total: 61% de todas las exportaciones proviene de este gran ecosistema, en el que no solo se destacan productos básicos, como cereales u oleaginosas, sino que también se encuentran aceites, harinas, carnes procesadas o jugos elaborados.

Aunque debe señalarse, también, el alza de ventas externas de combustible y energía (11%), en lo que parecer ser un paso en un camino que se estima puede llevar a este sector a lograr una participación de más del 25% del total de ventas externas para dentro de un lustro.

En relación con las importaciones, la caída en el año ocurre en todos los sectores, salvo los automotores, aunque mostrando en los últimos meses ciertas mejoras que atenúan el número anual.

Mientras, con respecto a los mercados, para las ventas externas sigue Brasil siendo el mayor destino de los envíos argentinos (16% del total), seguido de China y Estados Unidos (8% cada uno). Pero hay que destacar –superada la sequía– el gran crecimiento de las ventas a la India, el quinto mayor mercado, que crece en lo que va de 2024 un 50% con relación al resultado de 2023.

Y, con respecto a las importaciones, se mantiene una gran dependencia de tres grandes proveedores: Brasil, China y Estados Unidos generan algo mas del 50% de las importaciones totales.

Desde estos resultados, en base a diversas circunstancias, podría (preliminarmente) esperarse para 2025 un crecimiento en las exportaciones de alrededor de 6% y en las importaciones de 15%.

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