El comercio exterior y el transporte internacional fueron objeto de una cobertura inusual por algo que les es estrictamente intrínseco: el dólar

El comercio exterior y el transporte internacional fueron objeto en los últimos días de una cobertura periodística inusual por algo que les es estrictamente intrínseco: el dólar.

Así como el dólar es una de las principales divisas usadas para facturar exportaciones e importaciones en todo el mundo -tal vez a excepción de la Unión Europea y el área de influencia de China- su uso es excluyente para el pago de los fletes marítimos que transportan los bienes globalmente.

Pero es en la Argentina donde esta dependencia se volvió de una relevancia extrema en los últimos meses, precisamente por falta de reservas en el Banco Central, que obliga al cuidado celoso de cada dólar.

Parking de 90 días

La decisión, que incomodó al sector, sobrevino luego de que el Gobierno descubriera que se estaban girando más dólares por fletes de los que correspondían, no sólo a la cantidad de importaciones registradas en el país sino al valor internacional de los mismos.

Ante el “parking de 90 días“, la reacción casi generalizada de las casas matrices de las líneas marítimas fue dejar de cobrar en pesos los fletes, lo que no dejaba más opción que pagarlos afuera en dólares.

En ese sentido fuentes cercanas a los organismos gubernamentales no descartan nuevas medidas que podrían anunciarse en el corto plazo tendientes a seguir facilitando los procesos de exportación.

En esta línea, los empresarios consultados advierten que “en las últimas semanas” comenzaron a entrar en juego más los factores comerciales que “una decisión corporativa de todas las navieras” de dejar de cobrar localmente y que más allá, de las medidas correctivas que estaría adoptando el gobierno, pesan también en las decisiones de estas grandes compañías, su historia con cada cliente, su “track record”, los volúmenes y su proyección.

Fuente: IProfesional