La industria se prepara para un año de verdadera apertura comercial. A la baja de aranceles, la quita del impuesto PAIS, los menores plazos para importar y el peso cada vez más apreciado se suman la devaluación del real en Brasil y del yuan en China, los principales socios comerciales de la Argentina con gran competitividad en materia productiva. Por eso, los empresarios locales esperan medidas del Gobierno para “nivelar la cancha” y advierten que, si no, podría haber cierres y despidos.

La posición del sector industrial la expresó Javier Madanes Quintanilla, dueño de Aluar. En una entrevista con el podcast La Fábrica, afirmó: “Hoy en día se observa un crecimiento significativo en la importación de productos ya terminados, especialmente en el sector de la construcción. Es posible traer un edificio entero en contenedores, incluyendo a los técnicos que lo ensamblarán. No es una exageración, este fenómeno plantea un desafío”.

El tema se sigue de cerca puertas adentro de la Unión Industrial Argentina (UIA), la gremial empresaria más importante del sector, que esperaba una reunión a fin del 2024 con el ministro de Economía, Luis Caputo, pero que finalmente se pospuso, sin fecha específica. También aguardaban una señal para “nivelar la cancha”, por ejemplo, con la presentación en el Congreso de una Ley Pyme, tal como prometió el titular de ARCA, Juan Pazo.

En la industria consideran que para que se dé un escenario de mayor apertura en 2025 es necesario avanzar en los aranceles en el marco del Mercosur, algo que la Argentina ya pidió a los socios para aumentar las posiciones de listas de excepciones de aranceles.

Medidas que facilitan las importaciones, como el fin de las autorizaciones de licencias como el SIRA, fueron bien vistas por la industria por la posibilidad de poder acceder a insumos para la producción. Lo mismo con los plazos más cortos para contar con los dólares para pagar importaciones.

Sin embargo, así como esas medidas facilitan la llegada de insumos, en la industria también alertan que permiten al mismo tiempo la llegada de bienes finales. Así lo graficó un empresario de la UIA: “La apertura comercial es similar, lo diferente son las condiciones comerciales. La economía ahora se va a recuperar y con un peso revaluado”.

Para las consultoras, el 2024 cerró con importaciones de US$60.593 millones. Para el 2025 se espera que sean de US$67.449 millones, una suba del 11%, con una economía que crecerá 4,5%. Las proyecciones fueron publicadas por el Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central. En la industria aclaran que el aumento de las importaciones no es negativo per se, sino que el problema es que “la recuperación de la economía irá para los bienes terminados traídos de afuera”, manifestó un industrial.

Aunque muchos referentes del sector prefieren no hablar de “dólar atrasado” para no tener conflictos con el Gobierno, todos coinciden en la fuerte apreciación del peso. Y a eso se le suma la devaluación histórica del real en Brasil, con un tipo de cambio que trepó 25% en el último año.

Las proyecciones alarman: en 2024, el déficit comercial con Brasil fue de US$308 millones. Para el 2025 se espera que sea 10 veces más, según la consultora Abeceb, con un rojo estimado para este año de por lo menos US$3000 millones, por importaciones que crezcan 30% hasta los US$18.500 millones “como piso”.

El temor de la industria es que se produzcan cierres y despidos, como sucedió en la fábrica de calzado Dass en Coronel Suárez, que empleaba a 360 trabajadores. Así lo aseguró un empresario dentro del comité ejecutivo de la UIA, que prefirió no ser mencionado: “La apertura comercial es total, no hay restricciones, las únicas regulaciones son del tipo financiero en relación a los plazos de pago al exterior definidos por el Banco Central. Como el peso se siguió apreciando durante todo 2024, se va facilitando la importación de cualquier cosa, ya sea insumo para la industria o producto terminado para consumo final, esto último en perjuicio del nivel de actividad industrial, el empleo y la generación de valor agregado”.

Ante la consulta sobre cuál es el escenario hacia adelante, el empresario del rubro textil agregó: “Lo más probable es que se vaya incrementando en forma progresiva un sendero de cierre de fábricas y despidos, lamentablemente”.

Desde el sector esperan acciones del Gobierno. Así lo aseguró el dirigente José Urtubey: “Para la apertura, en forma previa, debería bajarse la presión tributaria. De esa forma, teniendo en cuenta lo que está pasando en la región, tanto en Brasil como en Chile, en donde se están devaluando permanentemente, vamos a poder estar en niveles de competitividad razonables. Si no, va a ser muy difícil”.

Fuente: TN economía

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