Las baterías de litio se utilizan hoy en día para alimentar una variedad de productos, incluidos dispositivos portátiles (como teléfonos o cámaras), pasando por artículos más grandes como herramientas eléctricas, hasta vehículos eléctricos (eBikes/scooters y otros vehículos). El mercado está aumentando exponencialmente a través de la demanda de los consumidores y una transición energética más amplia a nivel mundial. Comprender los riesgos es crucial.
Las baterías de litio, en particular las baterías de iones de litio, se han convertido en una fuente de energía preferida para muchos productos debido a su alta densidad de potencia y peso ligero, así como a su capacidad de recarga. Según la frecuencia de uso y la recarga de una batería de litio, se puede esperar que dure varios años.
Inevitablemente, las baterías de litio han sido trasladadas por todos los medios de transporte. Sin embargo, luego de incidentes graves, las restricciones regulatorias revisadas con respecto al transporte aéreo de baterías de litio, que entrarán en vigencia a partir del 1 de abril de 2022, pueden dar lugar a que se transporten mayores volúmenes por medios de superficie. Junto con una serie de incidentes registrados recientemente, las preocupaciones de seguridad en torno al envío de baterías de litio continúan creciendo entre la comunidad marítima.
Dada su naturaleza y uso, las baterías de litio de nueva fabricación pueden transportarse solas como elementos individuales, embalados con productos (es decir, reemplazables) o dentro de productos (no destinados a ser eliminados). Sin embargo, los actores también deben considerar la logística inversa, incluida la devolución de productos usados, dañados y defectuosos, las baterías de litio que se envían como desechos y las que se envían para su reciclaje. En todos los casos, el estado de carga de cualquier batería es un factor relevante; menos energía almacenada generalmente equivale a menos riesgo.
Fuente: TT Club