La Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA) volvió a advertir sobre los riesgos para la recuperación económica argentina la decisión del Gobierno de extremar la disponibilidad de dólares para importaciones.
“La necesidad de acumular reservas internacionales por 5,8 millones de dólares, ante un contexto desafiante producto de mayores precios de la energía, genera que el Gobierno busque limitar el uso de divisas. El superávit comercial debe alcanzar para el pago de deudas privadas, el pago de importaciones de servicios y la creciente tarifa eléctrica, entre otros. La recuperación en curso de la actividad económica en Argentina requiere de importaciones: más del 80% de las mismas son materias primas, bienes intermedios y de capital que se destinan a la producción”, indicaron en un comunicado.
Destacan que se restringen las importaciones “para evitar ajustar el tipo de cambio con su respectivo impacto social”, o bien se las limita exigiendo “financiamiento sobre un crecimiento del 5% en base a 2021 o 70% sobre el valor de 2020” cuando las empresas argentinas, con excepeción de las multinacionales o aquellas de mayor tamaño, “no tienen acceso a financiamiento internacional”.
Costo
Además, el el costo operativo de las empresas que tienen financiamiento se incrementará con su consecuente traslado a precios al consumidor final y mayor erogación de dólares el próximo año por parte del Banco Central para afrontar el pago de estos costos financieros. “El resultado para la economía será de menor actividad, menor abastecimiento de productos y una mayor presión inflacionaria por las restricciones”, señalaron.
Las importaciones son necesarias para producir internamente, y registran una elasticidad tal que por cada punto de incremento del PBI se necesitan 3% de aumento de las importaciones.
“El 41% de las importaciones son bienes intermedios, el 35% bienes de capital y sus partes, el 9% combustibles y el 14% bienes de consumo. Tomando el promedio de los últimos seis meses, el rubro de bienes intermedios se incrementó 52% anual, seguido por piezas y accesorios para bienes de capital (46%) y bienes de capital (33%)”, explicó la CIRA.
“En este escenario -continuaron- limitando el acceso al mercado de cambios con hasta 5% por encima del valor de 2021, con un crecimiento del PBI esperado en torno al 3% y con precios de los insumos aumentando fuertemente debido a los hechos en Ucrania, es de esperar que se observe un impacto en la producción ya que los insumos intermedios y los bienes de capital son los primeros rubros que alcanzarían los límites”.
Normativa
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) dispuso, en los primeros días del mes de marzo y a través de la Comunicación “A” 7466, la asignación de una categoría específica vinculada con la forma de acceder al mercado de cambios y a la disponibilidad de divisas para ciertas importaciones.
“Tal como está planteada la normativa, un crecimiento económico superior al esperado generaría una mayor demanda de importaciones y el límite impuesto terminaría impactando más temprana y negativamente en la producción y en el consumo”, explicó la CIRA.
Es por eso que la cámara se reunió con el BCRA para analizar esta situación. Ka CIRA expresó su preocupación respecto del impacto negativo de la mencionada norma, en el corto y mediano plazo, sobre los planes de las empresas, la producción, la actividad económica y el empleo en la Argentina.
Precios
En simultáneo, la invasión rusa a Ucrania provocó un aumento generalizado de las commodities, incluyendo el petróleo, gas y fertilizantes, que tienen impacto sobre todos los precios de los bienes comerciados a nivel global. Y esto sin dejar de considerar los valores de los fletes marítimos provocados, en un origen, por la pandemia, y que todavía no volvieron a valores normales.
“Se observa una tendencia de incremento de los precios de importación a nivel global, con impacto sobre el valor de las importaciones argentinas. Si el valor de las importaciones que se le permite a cada empresa en Argentina está restringido a un tope y los precios de esos bienes aumentaron en 2022 en comparación al año previo, se forzará a una reducción de las cantidades importadas, afectando las cadenas productivas y los planes de las empresas”, dijo CIRA.
Así, en 2022 la demanda de importaciones será mayor por el aumento de los precios internacionales y por la recuperación económica. Restringir las compras externas derivará en un menor abastecimiento para la industria, a menos inversiones, menos exportaciones y menos crecimiento económico.
Y vale la pena recordar que mientras las decisiones de política económica se toman, muchas veces, de manera sorpresiva, la industria y la economía en general se basan en la “planificación”, muchas veces, con varios meses y hasta un año por adelantado de compras y aprovisionamiento.
“La suba en el precio de los commodities energéticos crearía entonces efectos cambiarios (más dólares necesarios para importaciones de gas), fiscales (más gasto fiscal para subsidios de tarifas de servicios públicos), políticos (rediscusión potencial con el FMI en la primera o la segunda revisión trimestral del acuerdo) y coyunturales (efectos en la tasa de inflación)”, explica la CIRA.
Fuente: Trade News