La anhelada “vuelta a la normalidad” es un concepto que está aflorando en el análisis de los especialistas de la cadena de suministro, la que fue vapuleada por los impactos colaterales de la pandemia de Covid-19. Sin embargo, aún no logran consenso en cuanto si el curso de los hechos, necesariamente llevan en esa dirección.

A favor del lado optimista, de alguna manera se encuentra el último Índice de Gerentes de Logística: “las predicciones futuras de septiembre apuntan a la normalización y el regreso a la normalidad durante el próximo año”. Sea-Intelligence, que mide la capacidad de transporte marítimo atascada, muestra que sus “tres modelos sugieren que deberíamos volver a la línea de base de pérdida de capacidad ‘normal’ del 2% a principios de 2023”.

Se suman las mejoras del año hasta la fecha en el índice de presión de la cadena de suministro global del Banco de la Reserva Federal de Nueva York “sugieren que las presiones de la cadena de suministro global están comenzando a caer en línea con los niveles históricos”.

De acuerdo con Bloomberg muchos índices económicos muestran una mejora en las redes de transporte global, con más espacio disponible en los portacontenedores, alivio de la congestión portuaria y caída de las tarifas de flete marítimo. Pero la añorada normalidad que se vislumbra podría ser sólo un espejismo, puesto que otros indicadores, perfectamente pueden encasillarse en el marco de una recesión, que por supuesto no se parecería al escenario de 2019 previo a la pandemia.

Fuente: Mundo Maritimo

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