Por si fueran poco los impactos económicos y ambientales, también se realizan crímenes contra los derechos humanos y homicidios a bordo de estas embarcaciones
Hoy 5 de junio se celebra el Día Mundial del Ambiente, pero también se conmemora desde 2018 el Día Internacional de la Lucha contra la Pesca Ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR).
Argentina es el país que más la sufre la pesca ilegal en todo el continente. La INDNR afecta la fuente de alimento e ingreso de las comunidades costeras, así como la economía nacional. La pesca marina representa hasta un 0,4% del PBI, generando empleo directo a 25 mil argentinos e indirecto a decenas de miles más.
El ecosistema del Atlántico Sudoccidental es impactado por la operación de más de 550 embarcaciones extranjeras del hemisferio Norte, que no solo depredan sin control, sino que también contaminan el mar arrojando toneladas de residuos de todo tipo. Por otra parte, capturan de manera intencional mamíferos marinos como lobos y elefantes marinos y realizan aleteo de tiburón.
El flagelo de la pesca ilegal en el mar argentino
Por si fueran poco los impactos económicos y ambientales, también se realizan crímenes contra los derechos humanos y homicidios a bordo de estas embarcaciones.
Tripulantes indonesios, filipinos y africanos son esclavizados a bordo de la flota furtiva, y el principal socio son los Estados de bandera: China, Taiwán, Corea del Sur y España -la Unión Europea- subsidian la esclavitud a bordo y la depredación ambiental de su flota. Sin estos subsidios no sería rentable la operación del 54% de estas embarcaciones de acuerdo a un estudio científico que publicó National Geographic.
Este mes la Organización Mundial del Comercio debería aprobar la prohibición de este tipo de subsidios si es que obedece al compromiso del 14to. Objetivo para el Desarrollo Sostenible.
Así como esta flota es asistida por su estado de bandera, también es asistida por una docena de barcos nodrizas o ‘reefers’ panameños y por el puerto de Montevideo, elegido por la ausencia de controles y la exención impositiva.
Nos preocupa el medio ambiente pero ni siquiera separamos los residuos
Cada año, la ‘ciudad de las luces’ crece, como crece la cantidad de barcos poteros que capturan la segunda especie de calamar más explotada del mundo, el Illex argentinus.
Hace 20 años se estimaban unas 150 embarcaciones en la zona hasta alcanzar las 550 actuales ¿cuál será el límite que puede soportar el mar?
Cada año se capturan unos dos barcos pesqueros ilegales extranjeros en el Mar Argentino, gracias a la loable tarea de la Prefectura Naval y la Armada, pero el problema va más allá de la ilegalidad o no, ya que, aunque esta flota opera justo unos metros por fuera del límite de la Zona Económica Argentina.
El calamar, la merluza, el abadejo, las rayas, los tiburones y los elefantes marinos que capturan son los mismos que nadan por el Mar Argentino. El ecosistema desconoce el límite imaginario de la ‘milla 200’, si colapsa el ecosistema, colapsa la pesca en Argentina.
La pandemia agudizó la pesca ilegal en el mar argentino
Cada año, la presión sobre las especies y el ecosistema aumenta, cada año la apuesta se redobla. Estos cuatro países juegan a la ruleta ambiental con nuestras fichas, con las fichas de los países costeros y el ambiente marino. Cada año hay más chances de una catástrofe ambiental. Sin embargo, nuestros representantes en cargos ejecutivos no lo ven, no está en su agenda buscar una solución a la tragedia que se vive en el Atlántico Sur.
Una de las herramientas para luchar contra la pesca INDNR es implementar un sistema de trazabilidad, poder seguir el camino de la captura desde el barco al consumidor. De esta manera se cierra el negocio a la pesca no regulada.
Somos uno de los países que más sufren este crimen ambiental, social y económico. Debiéramos tenerlo más presente y exigir a nuestros funcionarios que salgan del letargo antes que sea tarde.
* Milko Schvartzman. Conservacionista marino. Coordinador de proyectos marinos del Círculo de Políticas Ambientales.