Los dueños de las grandes empresas convocados por el 20 aniversario de AEA decidieron dejar el idioma diplomático y ser contundentes en sus declaraciones. “Somos un país fallido”, aseguraron

Con el temor de que nuevamente Argentina pierda otra oportunidad, los dueños de las grandes empresas convocados por el 20 aniversario de AEA decidieron dejar el idioma diplomático y ser contundentes en sus declaraciones. “Somos un país fallido”, “La Argentina es un fracaso”“a mis hijos le voy a dejar un país peor del que recibí”, “no ofrecemos ningún tipo de futuro”, “tenemos que unirnos”, “falta de políticas públicas”, “el mérito no va más”, “gastar responsablemente”, “dejar de resetear la Argentina”, son solo algunas frases dichas en on the record por la mayoría de los dueños de las grandes empresas argentinas.

Con un salón repleto de empresarios se llevó a cabo el encuentro con motivo de los 20 años de la Asociación Empresaria Argentina (AEA). La frase que resume el sentir general fue dicha por el dueño de La Anónima Federico Braun: “La Argentina es un fracaso si comparamos lo que somos con lo que imaginamos hace 70 u 80 años que podíamos ser”.
Es que, la mayoría de los asistentes siente que nuevamente Argentina se encuentra ante la posibilidad de ser un gran proveedor internacional, no solo de alimentos y energía también de talento.Y, sin embargo, aún en un proyecto que el propio gobierno está interesado en impulsar, hay problemas. Lo resumió con claridad Paolo Rocca, presidente del Grupo Techint: “No hubo corrupción ni direccionamiento del pliego. Hay una grieta. Hoy está interviniendo la Justicia y es muy probable que terminemos pagando en el invierno de 2023 el gas a US$28 en lugar de US$4″. Además, dio a entender que difícilmente se pueda lograr la meta de un importante ahorro de divisas para el próximo invierno.

Los tiempos para la construcción ya de por si eran muy exigentes y ahora es probable que, con la intervención de la Justicia por las acusaciones del ex ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, se demore la obra.

Por eso, Rocca planteó que si Argentina realmente quiere desarrollar Vaca Muerta “se la debe considerar el tema como política de Estado”.

Una de los temas más comentados entre los asistentes era los errores técnicos que contenían las denuncias de Kulfas en su off the record y en la carta de renuncia. “No se puede poner una multitud de grietas con gente de un lado y del otro que confunde espesor con diámetro, milímetros con pulgadas”, sentenció Rocca.

Expulsion

Si bien Martin Migoya de Globant es quien dio más datos positivos y optimistas, ya que en este caso apoya el desarrollo Argentina cuenta con una Ley de Economía del Conocimiento que promueve al sector. Señaló que hoy el es segundo exportador (unos 6.000 millones de dólares) pero que Polonia, por ejemplo, exporta U$S 30.000 mostrando el potencial que tiene el sector.

Sin embargo, la preocupación empresarial es que los jóvenes y con talento, prefieren irse del país y, “es difícil convencerlos de que se queden”, confiesan la mayoría de los empresarios. “Argentina es una máquina de expulsar y no para”, sentenció Migoya. Pidió acordar principios básicos y “dejar de resetear la Argentina” en referencia a que siempre que viene

Otro de los empresarios que tuvo un discurso en este sentido fue Carlos Miguens (Grupo Miguens). Varias veces manifestó su preocupación por los niveles de pobreza y el franco se la Argentina en este sentido. “La síntesis de la grieta es la pobreza” en una crítica hacia las dirigencias políticas.

Expresó, como la mayoría de los disertantes, la necesidad de juntarse para “pensar un país a 30 años” y aseveró que “son los políticos los que hacen las reglas” al tiempo que les reclamo que “cumplan con lo que dicen”.

También fue crítico con el rol del empresariado, pidió “estar más unidos” y puso como ejemplo a seguir a la Mesa de Enlace o la CGT, al considerar que “los empresarios no tienen una sola voz”.

Deficit

El déficit fiscal, el gastar más de lo que ingresa, fue el hilo conductor de las críticas empresarias. En este sentido, la exposición del ministro de Economía, Martín Guzmán, dando a entender que se cumplirá con la meta de reducción del gasto no conformó al auditorio informado. “Sabemos cómo se aceleró el gasto público”; “difícil que puedan cumplir con la segunda revisión del FMI”. La sensación generalizada luego de la exposición del funcionario nacional es que “tiene buenas intenciones”.

Es que la mayoría de los asistentes suscriben a lo que dijo Braun, y consideraron: “Tenemos que entender por qué fracasamos, qué nos pasa en la Argentina donde las oportunidades terminan en frustración”.

Esa frustración de oportunidades perdidas es la sensación que trasmitían los empresarios. “Otra vez estamos ante la puerta de poder crecer de manera sostenida, solo hace falta acordar un rumbo y no cambiarlo”.

Precios

Quizás el mejor ejemplo del divorcio entre los empresarios y la dirigencia política se vio con el episodio de la inflación. Braun de manera irónica dijo que “remarca todos los días” y rápidamente salió a cruzarlo la vicepresidenta Cristina Krichner a cuestionarlo. Le sigue el presidente Alberto Fernández acusándolo de ser la causa de la suba de precios. Es decir, para el gobierno la causa de la inflación no es la emisión, no es el déficit, sino de la avaricia de los empresarios.

La presencia numerosa de los principales hombres de negocios como Paolo Rocca (Techint), Martín Migoya (Globant) y Carlos Miguens, Luis Pagani (Arcor) y Alberto Hojman (BGH), Jaime Campos (AEA), Guillermo Morita, Southerncross Group; Enrique Cristofani, Banco Santander; Luis Betnaza, Techint, Aldo Roggio, Grupo Roggio; Luis Perez Companc; Eduardo Elsztain, Irsa, Gustavo Weiss, Camara de la Construcción, Carlos Blaquier, Ledesma; Maria Luisa Macchiavello, Drogeria del Sud; Antonio Aracre, entre otros.

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