Tras décadas de negociación se volvió a frustrar el pacto que abarcaría el 20 % del comercio mundial. Brasil y Alemania entre los más interesados. Los cambios de último momento
Cuando parecía que la negociación histórica entre el Mercosur y la Unión Europea llegaría a buen puerto, por desacuerdos de último momento se frustró el gran anuncio que estaba previsto para hoy en el marco de la cumbre de jefes de Estado del Mercosur, que se celebra en Río de Janeiro.
Desde la Cancillería argentina, rechazan los términos por considerar que agrava las asimetrías económicas entre ambos bloques lo que pone en riesgo las exportaciones manufactureras y agrícolas.
Del lado europeo, Francia volvió a robustecer sus exigencias ambientales lo que se traduce en requisitos difíciles de satisfacer para los agricultores de Sudamérica que comenzarían a competir con los europeos, particularmente, franceses.
Aunque el presidente electo Javier Milei cuestionó la existencia del Mercosur, en sus últimas exposiciones la futura Canciller, Diana Mondino, se mostró a favor del avance del acuerdo lo que renueva expectativa en el sector privado que apoya la iniciativa.
Sin embargo, los cruces en el inicio de la relación bilateral entre la Argentina y Brasil todavía generan dudas sobre el futuro de la negociación que deberían encauzar en los próximos meses Milei y Lula Da Silva.
Mayor integración
En relación al comercio bilateral entre ambas regiones, las exportaciones a la Unión Europea desde el Mercosur representan un promedio de u$s 21.827 millones para los años 2018-2022 en productos agroindustriales (48% de total de las exportaciones a la UE).
En el caso de Argentina, las exportaciones han promediado los u$s 6.187 millones para el mismo periodo (71% del total de las exportaciones a la UE).
Al respecto, el CAA señaló que la negociación “está muy avanzada” aunque reconoció que resta definir algunos aspectos de legislación ambiental. Por eso, recomendó que se alcancen puntos básicos con la UE para finalizar la negociación y evitar que “el capítulo ambiental se transforme en una barrera al comercio”.
En ese sentido, apuntó al reconocimiento de la legislación nacional, los sistemas productivos y los esquemas de certificación existentes y que se eviten “todo tipo de distorsiones generadas por la política de subsidios de la UE”.
En línea, con el objetivo de potenciar los activos del bloque regional, las entidades integrantes del Consejo Industrial del Mercosur redactaron una declaración conjunta dirigida a los gobiernos de los países miembros.
Entre los fundamentos, la Unión Industrial Argentina (UIA), la Confederación Nacional de Industria (CNI), la Unión Industrial del Paraguay (UIP) y la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU) llamaron a “fortalecer rápidamente el Mercosur frente a las nuevas realidades de la economía global, que han transformado los modelos productivos y las relaciones comerciales, es crucial para nuestra asociación estratégica”.
Según consideraron en un documento con 5 puntos, concluir el acuerdo de asociación Mercosur-Unión Europea es “clave” para implementar una agenda regional que potencie las exportaciones, la inversión, la generación de empleo y el valor agregado del bloque.
Del mismo modo, la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) reafirmó la postura expresada en otras oportunidades, tanto de forma individual como en el marco del Consejo de Cámaras de Comercio del Mercosur, respecto a la conveniencia de que el país adhiera el acuerdo.
La CAC también destacó el potencial que tendría para “dinamizar el intercambio exterior y los flujos de inversión, impulsando de esta manera el desarrollo económico y social de las naciones implicadas“.
Aun así, reconoció que el tratado puede tener puntos que no satisfacen plenamente las pretensiones de nuestro país, pero consideró que “sus aspectos positivos son significativamente mayores a sus posibles falencias”, por lo que entienden que la firma redundaría en un beneficio claro para la economía nacional.