En 1990 (un año antes de la entrada en vigor del Tratado de Asunción que crea el Mercosur), el 14% de las exportaciones totales de la Argentina iban destinadas al Mercosur.

A medida que avanzó el proceso de desgravación arancelaria intrazona este valor creció, llegando a tocar un techo del 32% en 2000, para luego comenzar a caer sistemáticamente desde ese año, llegando al 20% en 2023.

Desde sus comienzos, Mercosur se concibió a sí mismo como parte de un “regionalismoabierto”, es decir, un esquema destinado a aumentar el comercio entre sus integrantes , pero siempre teniendo claro que el verdadero mercado a conquistar estaba más allá de las fronteras de la región.

Sin embargo, el aporte del Mercosur al proceso de internacionalización de nuestras economías y diversificación de nuestras exportaciones ha sido muy bajo, y esto se debe fundamentalmente a la escasa cantidad de Acuerdos de Libre Comercio firmados.

De hecho, Mercosur solo cuenta 9 acuerdos de esta naturaleza (firmados con países que representan alrededor del 10% del PBI mundial)mientras que la UE tiene 47; Chile 31, México 23; Australia y Ucrania 19 uno; Canadá 15; Nueva Zelanda 15 y EEUU 14.

En este contexto, Argentina ha presentado una propuesta para dinamizar y flexibilizar estas negociaciones externas, la cual, preservando el Mercosur, tiene como objetivo modernizar el funcionamiento del bloque al habilitar la posibilidad de que los Estados Parte puedan presentar propuestas de reducción arancelaria y disciplinas de forma diferenciada.

Adicionalmente, se prevé la posibilidad de que las negociaciones puedan lanzarse de forma individual o plurilateral, sin la necesidad de que esto sea realizad en conjunto entre los 4 Estados Parte.

Fuente: Bolsa de Cereales de Buenos Aires / INAI

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