Si la perspectiva futura es una indicación, plantea que “las líneas navieras podrían estar enfrentando algunos vientos en contra bastante fuertes. Los beneficiarios de la carga no confían en ellas y la demanda está disminuyendo. Esto sucede al mismo tiempo que la mayoría de los gobiernos de todo el mundo están señalando que ya es suficiente”.
En ese sentido, plantean que la “OSRA 22 es solo un ejemplo de la reacción violenta que producen las líneas navieras”, pero, advierte, que “otro está a punto de aparecer”.
Detalla que este “nuevo punto” tiene su origen en John Garamendi y Jim Costa, dos congresistas demócratas de California, quienes presentaron un nuevo proyecto de ley para dar prioridad de atraque a los buques de líneas navieras que embarquen contenedores de exportación.
Destacan que los blank sailings (cancelaciones de itinerarios) han vuelto a estar de moda al menos para las líneas navieras, las que “están adoptando una postura más agresiva para detener la caída de las tarifas al minimizar la cantidad de itinerartios desde los hubs de China a los puertos de EE.UU. Esto reducirá el espacio disponible y creará un ajuste artificial de la oferta y la demanda”, explica. No obstante, se interroga si “¿será esto suficiente para detener la caída de las tarifas?”.
Señalan que ciertamente lo es, pero la pregunta ahora es “¿Cómo será percibido esto por los reguladores gubernamentales de todo el mundo?”. Explica al respecto que actualmente existe un enfoque mucho menos pasivo sobre las acciones que acometen las líneas navieras en todo el mundo “después de que se jactaran de sus enormes ganancias”.
Fuente: Mundo Maritimo