Augusto Salvatto, consultor en innovación y economía del conocimiento, explora el impacto de la tecnología en la sociedad, los negocios y, en particular, en las organizaciones vinculadas a la logística y el comercio exterior

En diálogo con Movant Connection, Augusto reflexiona sobre cómo los avances tecnológicos están redefiniendo sectores como la logística, el comercio exterior y otros ámbitos económicos. Además, analiza los desafíos culturales que enfrentan las organizaciones para adoptar nuevos esquemas en un entorno de cambios constantes.

¿Qué sectores están liderando la adopción tecnológica en la actualidad?

Estamos en plena cuarta Revolución Industrial, que implica ir un paso más allá de la digitalización, que implicó el paso del mundo físico al virtual. Sectores como el marketing, la agricultura y los supermercados están a la vanguardia en la adopción de estas tecnologías. Por ejemplo, el e-commerce no es simplemente un “supermercado digital”, sino un negocio con dinámicas completamente distintas que redefine la experiencia del usuario y los procesos logísticos.

Lo interesante es que esta revolución tecnológica no se limita a ciertos sectores. Todas las industrias, incluyendo las vinculadas a la logística y el comercio exterior, van a ser organizaciones tecnológicas en los próximos diez años. Esto implica adoptar herramientas como inteligencia artificial, ciencia de datos y automatización, no solo para ser más eficientes, sino también para mantenerse competitivas en un mercado global que demanda altos niveles de innovación.

¿Cómo puede la tecnología mejorar la competitividad en logística y comercio exterior?

Cualquier tecnología que incorporemos a un proceso productivo, desde la más simple hasta la más compleja, lo que busca es aumentar la frontera de posibilidades de producción y mejorar la competitividad.

En ese marco, creo que si queremos ser más competitivos y competir frente al mundo en un escenario en el que vamos hacia una economía probablemente más abierta, la incorporación de tecnología es un elemento fundamental y un diferencial.

En logística y comercio exterior, la inteligencia artificial y la ciencia de datos pueden reducir errores humanos, optimizar procesos y aumentar la eficiencia operativa. Esto se traduce en costos más bajos y márgenes de ganancia más altos, lo cual es clave en un sector donde la eficiencia es fundamental.

¿Cuáles son los principales desafíos para avanzar en la digitalización?

Curiosamente, el principal obstáculo ya no es económico ni tecnológico, sino cultural. Hace una década, los costos y el acceso a la tecnología eran los principales limitantes. Hoy, el 75% de las organizaciones identifica la resistencia al cambio y la falta de capacitación como los mayores desafíos. Muchas empresas siguen pensando en modelos del siglo XX para una economía del siglo XXI, lo que limita su capacidad de adaptarse.

Otro desafío es aceptar la incertidumbre que acompaña a la innovación. Las organizaciones que abracen la experimentación y la capacitación continua serán las que lideren en el futuro.

¿Qué papel jugará la inteligencia artificial en este cambio?

La inteligencia artificial (IA) está revolucionando cómo se toman decisiones en los negocios. Más allá de las herramientas conocidas de IA, la verdadera transformación viene de aplicaciones menos visibles pero más impactantes, como modelos predictivos para optimizar cadenas logísticas, que permiten predecir fallas en sistemas o encontrar nuevas oportunidades de mercado. Estas tecnologías tienen mucho potencial de crecimiento en América Latina.

En el día a día, las herramientas de IA ya están mejorando la productividad. Desde asistentes virtuales que toman minutas automáticamente en reuniones hasta plataformas que ayudan a presentar información de manera más efectiva, la IA está transformando cómo trabajamos. Estas tecnologías no solo ahorran tiempo, sino que también mejoran la calidad de las decisiones.

¿Qué mensaje le darías a quienes trabajan en logística y comercio exterior para afrontar el presente y el futuro?

El cambio es una constante y las organizaciones deben adaptarse rápidamente para no quedarse atrás. Esto implica romper con modelos tradicionales del siglo XX y adoptar estructuras flexibles que puedan beneficiarse del entorno cambiante. Un concepto interesante es el de “antifrágil”, desarrollado por Nassim Taleb, que propone no solo resistir al caos, sino aprovecharlo para crecer y fortalecerse.

En este contexto, la capacitación continua es fundamental. Las organizaciones deben invertir en herramientas que no solo optimicen procesos, sino que también impulsen a sus equipos a experimentar y aprender constantemente. El liderazgo será clave para guiar esta transición, pero también lo será una cultura que valore la experimentación, permita errores y fomente soluciones innovadoras. En logística y comercio exterior, esta mentalidad será indispensable para mantenerse competitivos y liderar en un mercado global en constante evolución.

Fuente: Movant Connection

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