La Argentina mantiene desde hace tiempo una pérdida de relevancia relativa en materia de exportaciones. Una manifestación de ello es que en los últimos 40 años (que coinciden con los años transitados desde la recuperación de la democracia) la Argentina ha caído en el ranking mundial de países exportadores del planeta desde el lugar 33 como mayor exportador mundial (en 1983) al 55 (en 2023). Mientras, en el trayecto de cuatro esos decenios, hubo diversas posiciones que fueron cambiantes según las circunstancias: las hubo mejores y peores, como la 35 posición de 1988 o la número 55 de 2003.

La tendencia ha sido en descenso y el puesto de 2023 fue el peor medido jamás.

Algo significativo del análisis es advertir qué países estaban en 1983 detrás de la Argentina y hoy (2023) están delante en ese ranking. Así, comparando 1983 con 2023, nos superaron Irlanda, Israel, Qatar, Chile, Turquía, Tailandia, Portugal, Vietnam, Malasia, Kazajstán, Omán y Rumania. En el ciclo hubo otros momentos en los que la medición arroja un lugar relativo mejor al promedio, puede también hacerse la comparación entre 1998 y 2023. En ese caso, se destaca que (entre ese momento y 2023) que nos superaron Israel, Republica Checa, Sudáfrica, Hungría, Indonesia, Chile, República Eslovaca, Rumania, Vietnam, Kuwait, Kazajstán, Omán, Qatar e Iraq.

Ahora bien: la actual administración gubernamental ha planteado, a través de distintos referentes, que su principal objetivo son el ordenamiento macroeconómico, las transformaciones en el funcionamiento del Estado, una “hipo-neoregulacion” y, luego, una reinserción externa. Pero ha dejado claro que no pretende sustituir el desarrollo de atributos competitivos empresariales, que (ha dicho el propio Presidente) es algo que queda en la esfera de las empresas.

Serán de esperar entonces reformas desde el ámbito público (como expuse en mi columna en La Nación del 11 de abril de este año) pero también mejores atributos competitivos en las empresas. Porque solo 13 empresas exportan más de US$1000 millones en un año en la Argentina. Y apenas 70 exportan más de 100. Y las que exportan mas de 50 millones al año no superan las 120.

Una estrategia elaborada

El éxito para las empresas depende, hoy, de una estrategia acertada y elaborada, la concepción de los mercados externos no ya como “países” sino como “ámbitos comerciales” (que pueden ser infra-pais o supra-país), una oferta permanentemente innovativa (lo que incluye salir de la oferta basada en el “producto” para ir al ámbito de la oferta basada en la “prestación”), la participación en redes de valor que conforman ecosistemas en los que se debe participar de modo acertado (lo que lleva a la utilidad de conformar auténticas arquitecturas vinculares que faciliten el desarrollo de la “open innovation”), recursos humanos involucrados en la producción que acompañen la calidad productiva, modernas tecnologías en las diversas etapas productivo-comerciales -que permitan ser parte de la revolución de la economía del conocimiento-, desarrollo de intangibles que valorizan la oferta general, cumplimiento de exigentes estándares de calidad (algunos impuestos por normas oficiales pero otros simplemente por las propias empresas con las que hay que vincularse en las redes de valor) y generación de instrumentos que permitan la creación de reputación empresarial (que es diferente de la del propio producto).

Recuperar espacio en aquellos rankings, por ende, dependerá de esfuerzos múltiples y sostenidos.

El autor es el presidente del Comité argentino y Coordinador para las Américas en la International Chamber of Commerce (ICC)

Marcelo Elizondo (La Nación)

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