Cabe señalar que Torello es un amigo de la infancia de Macri y uno de sus más allegados. En estos días estuvo reunido con Fernando Cerimedo, encargado de la difusión en redes de Milei, acciones que resultaron clave en el ascenso del libertario.

Otro de los hombres de Macri que está colaborando con LLA es Fernando de Andreis, ex secretario general de la presidencia durante la anterior gestión y que siguió trabajando con el ex presidente en estos años.

Se comenta que estos colaboradores vienen a llenar la falta de cuadros que tiene Milei. En su entorno señalan que sus más cercanos son su hermana Karina, Cerimedo, Nicolás Posse (encargado de armar equipos), Guillermo Francos (armado político), Santiago Viola y Santiago Caputo (estrategia).

Sin embargo, el avance de la gente de Macri también estaría provocando el distanciamiento de algunos colaboradores de la primera hora de Milei, como sería el caso de Carlos Kicuchi, quien tuvo un importante rol en el armado político del espacio, según se dice en esferas políticas.

En el plano de los asesores económicos también se dieron pasos al costado en los casos de Darío Epstein, Roque Fernández y Carlos Rodríguez. Este último señaló en redes sociales que, en materia de comunicación económica “yo estoy bloquedo, igual que Darío o Roque”.

Críticas

Con el avance de Macri tomó cuerpo la versión que el ex presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger tendría un rol importante en un eventual gobierno de la LLA. Milei calificó a este economista de “coloso”, en declaraciones periodísticas.

No es la misma imagen que tienen algunos sectores empresarios que cuestionan a Sturzenegger por “haber llevado adelante una política de retraso del tipo de cambio y altas tasas de interés que afectaron a la producción nacional”.

En lo inmediato, se especula con que el aporte de Macri y su gente podrían ayudar a la campaña de Milei y evitar los “errores no forzados” que cometió el libertario.

Analistas políticos consideran que le jugaron en contra declaraciones como las de Emilio Ocampo (elegido para cerrar el Banco Central) en el sentido de suspender las relaciones con el Vaticano (en un país preponderantemente católico) o las críticas de Milei a los radicales (parte de los cuales debe seducir en esta segunda vuelta).

O, más recientemente, la no concurrencia del líder libertario en el acto de la DAIA en el que se condenaron los ataques terroristas de Hamas, ausencia que llamó la atención. Tampoco confirmó cuando se vería con los directivos de la UIA que este martes recibieron por más de dos horas a Sergio Massa.

Al respecto, de este encuentro rescataron algunas definiciones que brindó el candidato de UP como ser que los haya invitado a participar de un gobierno de unidad nacional pero en un rol activo “como funcionarios, tomando decisiones, participando en el gobierno”.

Respecto a la unificación cambiaria reconoció la necesidad de ir hacia una simplificación pero aclaró: “no cuenten conmigo para una devaluación brutal”.

Dudas

En cuanto a Massa, los empresarios rescatan que es un funcionario pragmático y algunos con sorna sostienen que “puede llegar a hacer un buen gobierno porque aspira a retener el poder”, pero tienen serias dudas de si realmente abandonará las ideas de un Estado omnipresente.

El candidato por Unión por la Patria ha señalado que en su gobierno convocará a “los mejores”. Un dato no menor es que, como anticipó Ámbito, se comunicó con Carlos Melconian, ex candidato a ministro de Economía por Juntos por el Cambio.

Entre las pocas definiciones que dio el candidato oficialista, dijo que Roberto Lavagna tendría un rol importante. Su figura despierta tanto adhesiones, como sucede en un sector del empresariado, como resquemores, particularmente en el sector financiero.

Al respecto, el ex ministro estaría trabajando en el diseño de políticas y en el armado de equipos técnicos para un eventual gobierno de Massa.

De todas maneras, los empresarios en líneas generales, no se muestran muy optimistas respecto al futuro, independientemente de quién gane. Sostienen que quién asuma deberá encarar reformas profundas que van más allá de la urgente necesidad de implementar un plan de estabilización.

Por Liliana Franco (Ámbito)