Comenzará otra semana financiera con la mira puesta en los dólares. Las cotizaciones paralelas bajando de $ 1.200, con una brecha en 25%, es el mejor de los mundos para el oficialismo.
Si bien en los primeros días de la semana pasada el BCRA compró inesperadamente divisas (US$ 508 millones en la semana y US$ 390 millones en octubre), en el mercados estiman que en las próximas semanas se empezará a notar la mayor demanda de pagos de importadores que van ahora masivamente al MULC y no al CCL como ocurría anteriormente. Eso podría generar alguna presión adicional pero el BCRA tiene municiones para contrarrestar.
Según el consultor Fernando Marull, “el pago de importaciones debería empezar a presionar a las reservas”.
Dice que en el CCL ya no estará la oferta de dólares por el pago de impuestos pero sí el blend y el nuevo poder de fuego del Central. Marull se refiere a la posibilidad de intervenir (vender) por la compra de divisas de las últimas semanas en el MULC, algo que Luis Caputo dice que es para retirar pesos pero en realidad es obvia la motivación de reducir la brecha.
Así, los cálculos de Marull dicen que el Central tiene US$ 2.000 millones “nuevo” para intervenir. Eso sale de los US$ 1.000 millones que compró recientemente en el oficial y el saldo que le quedó de los US$ 1.600 millones que tenía para vender en julio (utilizó solo US$ 600 millones).
Con eso, el Central podrá evitar que la mayor demanda de divisas por el pago de los importadores pegue de lleno a las reservas durante octubre. Esto se produce en medio de un incumplimiento de la meta trimestral de reservas con el FMI de US$ 8.700 millones. La Argentina acumuló (según la metodología del FMI) US$ 6.300 millones desde el 10 de diciembre pasado, quedando una brecha de US$ 2.400 millones.
Para adelante, los consultores creen que las presiones sobre las reservas serán relevantes. Para LCG, octubre no parece fácil en términos de acumulación de reservas.
Y explican:
- La posición compradora del BCRA en el MULC seguirá en tensión por el nuevo esquema de pagos de importaciones que demandará pagos equivalentes a 1,5 meses (1,25 en noviembre de 2024). Podrá haber alguna compensación si los préstamos en dólares aceleran su crecimiento a partir de la obligación de liquidar los saldos tomados en el MULC, pero el efecto es marginal ya que se trata de niveles bajos.
- Las reservas brutas todavía podrán computar el efecto grueso del blanqueo en la medida que los bancos migren sus tenencias en efectivo a cuentas del BCRA. Esta dinámica se aceleró en los últimos días, pero una vez que se definan las estrategias de inversión de esos saldos, una parte no menor será computada como reservas. Como dijimos, esto no tiene impacto sobre las reservas netas, que sólo se incrementarán en la medida que los que ingresen al blanqueo paguen la multa del 5% para liberar los fondos y el gobierno destine esos saldos a cuentas del BCRA.
- Hasta fin de año, restan pagos de BOPREAL serie 2 (US$ 500 millones) y otros US$ 230 millones por intereses de la serie 1 y 3. Asimismo, quedan pagos a Organismo Internacionales, bilaterales y banca de por lo menos US$ 110 millones y resta un pago al FMI por intereses de US$ 760 millones, parcialmente compensado por el desembolso de US$ 530 millones a partir de la novena revisión.
- El frente externo sigue siendo el talón de Aquiles de gestión. Recordar que en enero se suman pagos por US$ 4.500 millones por los soberanos. Por lo pronto el gobierno apuesta a un repo negociado con bancos, pero tarda en confirmarse.
Leandro Gabin (El Economista)