En 2021 treparon al récord de casi u$s78.000 millones, pero advierten que tendrían que incrementarse en u$s25.000 millones más en los próximos cinco años, una meta “difícil” que podría comprometer el crecimiento
El Gobierno acordó con el FMI una “salida exportadora”, esto es, aumentar las exportaciones en cinco sectores estratégicos para sumar u$s25.000 millones en la próxima década, para que no falten los dólares que el país necesita para crecer. Sin embargo, se trata de una meta de “difícil” cumplimiento según analistas, a la que debería arribarse en los próximos cinco años, para que haya divisas para que no se frene el crecimiento.
Escenario difícil
Argentina necesitará dólares no solo para crecer y pagar los insumos necesarios para la producción, sino también para acumular reservas, una de las tres metas pactadas que de no cumplirse podrían hacer caer el acuerdo. Para poder alcanzar estos objetivos, el país necesitará un promedio de exportaciones en torno a los u$s91.000 millones en el período 2022-2024, según analizó el centro Cifra de la CTA.
Los dólares se necesitarán para arribar al crecimiento de la economía estimado en el programa, de al menos 3,5% en 2022, 2,5% en 2023 y 2,5% en 2024. Para eso, el nivel de exportaciones debería superarse en 5% en 2022, y luego 13% en 2023, y finalmente 10% en 2024. “Se trata de una meta difícil de alcanzar, a menos que la dinámica de exportaciones se asemeje a la fuerte expansión del período 2003-2008”, anticipó Cifra en el informe.
Con esta necesidad de dólares, el incremento de 25.000 millones que espera el programa para 2030 debería alcanzarse en la mitad de tiempo: en 2025, para Cifra. Cabe señalar que se parte de un piso elevado: en 2021, las exportaciones treparon a casi u$s78.000 millones, el dato más elevado desde 2012.
“El nivel de exportaciones de 2021 no fue bajo. Elevarlo en u$s25.000 millones implica un incremento de más del 30% en apenas cuatro años, lo cual no es imposible, pero sí difícil”, afirmó a Ámbito Pablo Manzanelli, director de Cifra. A favor, mencionó el escenario internacional en los precios de exportación. “Habrá que ver si su efecto es duradero”, anticipó. En contra, agregó que la política industrial no tiene “hasta el momento masa crítica para consolidar ese proceso”.
Por su parte, Anahí Rampanini, doctora en Desarrollo Económico, explicó que para alcanzar el crecimiento de u$s25.000 millones anuales en una década, la suba debería ser cercana al 3% anual. “No suena comprometedor en principio, pero sería un error suponer que las exportaciones se mantendrán en montos tan altos”, aseguró a Ámbito. Esto se debe a que en 2021 el índice de precios de exportación se incrementó en 25% contra 2020, mientras que el índice de cantidad lo hizo en 12%. “Hay un aumento real de las cantidades, pero el mayor aumento se da por precio. Las cantidades exportadas registradas fueron estables en el tiempo”, destacó.
De cara al futuro de los precios internacionales, la investigadora del Conicet anticipó: “Si bien es correcto suponer que este año se mantendrán altos debido a la guerra, es muy probable en función a los ciclos económicos, si es que no se genera una nueva catástrofe (climática, guerra o pandemia), que deberían tener una tendencia a la baja”.
Manzanelli mencionó las consecuencias de que no se cumpla con este salto exportador: “El perfil de vencimientos de la deuda que resultan de la renegociación con los privados y el FMI van a limitar el crecimiento económico por la incapacidad para importar”.
Escenario global
Además, si bien el debate suele darse sobre la oferta local de la matriz argentina, Rampanini aseguró que debería considerarse también la demanda global: “Exceptuando economía del conocimiento, el resto de los sectores a propiciar parecen olvidar los cambios en los patrones de consumo que se están evidenciando en el mundo, y que están cambiando el marco normativo legal en materia medio ambiental”, adelantó.
Como ejemplo, mencionó el caso de Europa, que está por implementar en los próximos años una batería de medidas que incluye el control satelital de las superficies cultivadas: “Si en un terreno que hoy se cultiva soja antes había un humedal, Europa nos aplicará restricciones a dichos productos. Por lo cual, el desafío de la exportación requiere también de una correcta lectura de los cambios en los patrones de comercio mundial, frente a un mundo donde el comercio se cierra”.
Fuente: Ambito Financiero