La intervención del Gobierno en el mercado de los fletes, obligando a quienes prestan el servicio a tramitar un SIRASE y luego a esperar 90 días para transferir al exterior los dólares para cancelar la prestación no afecta sólo a las líneas navieras, agentes marítimos, agentes de carga o importadores. El reclamo realizado por la Cámara de Exportadores (CERA) al ministro de Economía, Sergio Massa, confirma que toda la cadena se ve afectada.

En una carta firmada por el presidente de la entidad, Fernando Landa, y su secretario, Javier Manel Nascel, manifestaron “sorpresa” ante la derogación de la excepción que tenía el código S02 (servicios de flete) de tramitar una declaración en el Sistema de Importaciones y Pagos de Servicios al Exterior (SIRASE) para acceder al mercado de cambios y remesar los dólares.

Impacto externo

“Más allá del impacto que genera el cada vez más acelerado cambio de normativas en las decisiones de inversión y empleo en los emprendedores de nuestro país, el resultado negativo es aún mayor si analizamos el tema desde el cliente externo. Argentina es un país geográficamente distante de los centros poblacionales del mundo que depende en su comercio de la provisión confiable de un servicio de conectividad, mayoritariamente por vía marítima. Una logística eficiente y la inclusión de este servicio, tal que elimine para el comprador la incertidumbre del proveedor distante, es crucial para establecer y/o continuar siendo parte de una cadena global de valor”, explicaron.

Continuaron recordando que la normativa internacional prevé “condiciones contractuales totalmente estandarizadas” que establecen las obligaciones y responsabilidades para ambas partes, conocidas como cláusulas Incoterms.

Disrupción inédita

Con el parking de 90 días establecido por la comunicación “A” 7771 del BCRA, se generó “una verdadera disrupción inédita en el comercio internacional de nuestro país, al eliminarse la posibilidad de utilizar estas condiciones contractuales”, explicaron.

Esta situación se da por el hecho de los agentes de las navieras “forzaron a los exportadores a cambiar la condición de pago a collect, es decir, pago en destino a cargo del comprador”. Por otro lado, “que el exportador solicite una aprobación para el pago del servicio a la naviera del exterior (es una ) solución que puede no aplicar a la PyME y que se dilata en forma indeterminada (los socios que han presentado SIRASE para el pago de fletes hasta el momento no han tenido aprobación”. Por último, “como último recurso” está la opción de pagar el servicio a valor dólar CCL que, “torna la operatoria exportadora en inviable”.

 

“La logística que nos conecta con el mundo que ya padece de obsolescencias, como es el caso del calado del Puerto de Buenos Aires, ha devenido en la pérdida de rutas y la gradual transformación del mismo en “feeder” de otros puertos no nacionales. Un país cuyos fletes carecen de posibilidad de pago es inédito”, continuaron.

 

Violenta caída de las exportaciones

“No tenemos la menor duda que la consecuencia de esta medida es una violenta caída de las exportaciones, una operatoria logística sustancialmente más cara y, por lo tanto, menos dólares que
ingresan al país, aumentando la tensión cambiaria. La disrupción provocará también pérdidas inmediatas muy elevadas por mercaderías que no se podrán embarcar en el corto plazo”, subrayaron.

Para los exportadores resulta “difícil entender esta medida” justamente a las exportaciones argentinas “porque toda venta que aplique una Cláusula Incoterms que incluya servicios adicionales al valor de la mercadería (flete, seguro, pago de impuestos en destino, etc.), los mismos son recuperados al momento del pago por parte del comprador y, liquidados mandatoriamente en el
mercado de cambios”.

 

Pero subrayaron, además, que “el proceso aprobatorio aplicado a la logística exportadora no reconoce antecedentes, es de cuestionable legalidad frente a los compromisos internacionales de nuestro país y tiene la certeza de un fuerte impacto negativo en la competitividad nacional” porque “pone al exportador en una situación de minusvalía, cuando, paradójicamente, no tiene efecto alguno en términos de ahorro de divisas”.

 

Diálogo

No obstante, pidieron abrir un canal de diálogo para encontrar “conjuntamente soluciones que no tengan este fuertísimo impacto si la intención de esta normativa es aplicar un mejor control a los pagos de fletes”.

“A estos efectos, respetuosamente, le solicitamos promover la suspensión temporal de la Comunicación “A” 7771 del BCRA y una audiencia para encontrar soluciones posibles”, concluyeron.

 

Por su parte, desde la federación de cámaras de comercio exterior del país, con sede en Córdoba, replicaron la “profunda preocupación por el impacto que las regulaciones al comercio exterior de bienes y servicios están teniendo en la operatoria del comercio internacional, lo cual afectará gravemente el desempeño y competitividad de las empresas y con ello, la posibilidad de ingreso genuino de divisas tan necesarias para nuestro país”.

 

Situación federal

Señalaron que en el interior se vive la misma situación expresada por las gremiales empresarias ubicadas en la Ciudad de Buenos Aires, y que los efectos que se perciben dan cuenta de que “las navieras de mayor relevancia en el transporte y logística comercial que operan en el país han instrumentado en forma unilateral cambios a sus términos de cobranza, estableciendo el pago en origen (prepaid) para los fletes (origen/ destino Argentina). El impacto de esta decisión se traducirá en mayores demoras y costos para la carga y la necesidad de que el proveedor de insumos financie el flete”.

“A corto plazo -agregaron- provocará una interrupción de la fluidez en la cadena logística, con el consecuente impacto en la operatoria comercial, sobre todo de las pymes que no tienen infraestructura ni capacidad financiera para pagar en origen sus fletes. A mediano plazo, las cadenas logísticas pueden quebrarse, con lo cual se interrumpirán los flujos comerciales desde y hacia Argentina, con todo lo que ello implicaría para nuestra economía y la sociedad toda”.

Competitividad y costos

No está de más advertir que la necesidad de una logística e infraestructura para el transporte eficientes en el interior del país es todavía más necesario para la competitividad exportadora y para mantener a raya los costos de la producción nacional que se abastece de insumos importados.

“A la referida situación -explicaron- debemos agregar la complejidad de las condiciones operativas, de puertos, infraestructura, demoras, eventos laborales que han elevado significativamente los costos logísticos y los plazos de operación para la carga desde y hacia Argentina”.

 

Tras reclamar “revisar el mecanismo impuesto por esta comunicación” pidieron considerar especialmente “el impacto negativo que traerá aparejado para todo el comercio internacional de nuestro país, sector al que se debe apoyar para dotarlo de la competitividad necesaria para su crecimiento, dado que constituye sin lugar a dudas un pilar esencial para el desarrollo de la economía”.

 

Así como la CERA cuenta entre sus asociados a unas 20 cámaras industriales, en Fecacera están representados los intereses de empresas que hacen negocios con el exterior y están ubicadas en Salta, Córdoba, Santa Fe, Rosario, Tucumán, el Norte Santafesino, Rafaela, Iguazú, Entre Ríos, Gualeguaychú, San Francisco, San Juan, Jujuy, Chaco, Misiones, Puerto Madryn, Paso de los Libres, la Región Centro Argentino, y Mendoza.

Emiliano Galli (Trade News)

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