La reducción de la brecha cambiaria (dólar oficial contra MEP) al 6% alimentó las esperanzas de una normalización más rápida del mercado de cambios local. Javier Milei volvió a resaltar en una entrevista con LN+ que para el levantamiento del cepo deben antes haberse verificado tres condiciones: que durante tres meses haya inflación de alrededor de 2,5%, que se baje el crawling peg del BCRA al 1% y resolver los stocks (giros de dividendos de empresas). Un catalizador de este proceso es un nuevo acuerdo con el FMI.
Desde la CNV a cargo de Roberto Silva, una parte del camino hacia la normalización cambiaria ya se ha recorrido. Ya se unificó el “parking” a un día, no se requiere más información semanal a los agentes de Bolsa, se eliminaron la declaración jurada que restringía las transacciones PPT (Prioridad Precio-Tiempo) a una al mes, las restricciones que afectaban a las operaciones del Bopreal y sus complementarias, el preaviso de cinco días, se liberó la dolarización de las carteras propias de las ALyCs, no aplican restricciones a las transacciones con préstamos hipotecarios UVA y determinadas financiaciones en dólares ya no impiden vender contra dólares.
¿Qué resta? Rige aún el límite diario de $ 200 millones para que los no residentes vendan contra dólares o transfieran valores al extranjero. Para transferencias de no residentes al exterior no aplica el límite si fueron adquiridos en colocación primaria y amortizan después de tres años. No hay limitación para los residentes, pero puede aplicarse la “restricción cruzada”. Hay determinadas financiaciones en pesos que impiden vender contra dólares. También para los fondos comunes de inversión se aplican restricciones cambiarias.
Rige también en el ámbito de las ALyCs la comunicación A7340 del BCRA que obliga a transferir los dólares obtenidos en el mercado de capitales a una cuenta bancaria. Desde julio, esa restricción no rige más para los cobros de capital e intereses de bonos en dólares pero sorprende que siga vigente para las compras de dólar MEP y del “contado con liqui”.
Del lado del BCRA subsisten las trabas más relevantes como el acceso al mercado oficial de cambios para el giro de dividendos, pagos de importaciones y atesoramiento. Si uno observa el patrón de conducta hasta ahora del equipo económico, llega a la conclusión que predomina la prudencia antes que la velocidad en la toma de decisiones. Hay eventualmente un “stress pos traumático” por la corrida cambiaria ocurrida en el primer y segundo trimestre del 2018, en la gestión de Mauricio Macri. La preferencia hoy es pecar por tardanza que por apuro. El gran activo político del gobierno de Javier Milei es la rápida baja de la inflación y el temor es que un apuro en el levantamiento de las restricciones dispare un salto de los precios, que lleve al IPC del INDEC a mostrar nuevamente variaciones en un mes, del orden del 5% o más.
¿Y el FMI? La información oficial del organismo viene repitiendo la frase clásica de que hay “negociaciones constructivas” con el gobierno argentino. Esa frase fue utilizada con Alberto Fernández y en otras negociaciones con países miembros. Es la frase de rigor. No implica que haya un acuerdo cercano. Por ello es que los dólares frescos del FMI se asemejan a las tropas del General Alais en la rebelión carapintada de 1987 que nunca llegaron a Buenos Aires a reprimir a los insurgentes.
Conclusión: en las próximas semanas seguirá el paso a paso de la CNV y del BCRA. Hay restricciones o topes que se mantendrán para cumplir con las normas contra el lavado de dinero. Reina una filosofía en el equipo económico sobre el cepo: riesgo cero.