Eduardo Mallea llegó a Aduanas prometiendo modificaciones que no suceden. El caso de T4 (Maersk) provoca quejas de los exportadores

Manuel Delgado fue designado director general de AMP Terminals Buenos Aires T4 (Grupo A.P. Moller-Maersk) en abril 2024, cuando todavía era directora general de Aduanas, Rosana Ludovico. En días recientes fue sustituida por Eduardo Mallea. Hay exportadores muy enojados con T4 pero también con Mallea.

Rosana Lodovico había llegado a la Dirección General de Aduanas restringiendo operaciones aduaneras en la Terminal 4 del Puerto de Buenos Aires por incumplimientos en los sistemas de cámaras de seguridad exigidos por el Estado.

Si T4 ha regularizado su cumplimiento de los estándares es una cuestión de Mallea pero las inspecciones de T4 reciben quejas de “abusos” de parte exportadores por exagerar, supuestamente, de un procedimiento que incrementa el costo en dólares estadounidenses de muchos damnificados.

De acuerdo a la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos), los permisionarios (en este caso Maersk en T4), instalan elementos de control no intrusivo que se adapta al tipo de operatoria y mercadería que transita esa terminal, “capaz de garantizar a la Dirección General de Aduanas el correcto control no intrusivo de cargas sin necesidad de modificaciones en la operatoria normal y habitual del depósito, embalajes de mercaderías, etc.”

Precisamente se acusa a T4 de incumplir con esta exigencia de Aduanas.

Un ejemplo

La mercadería pasa por el scanner de Terminal 4, y hay un semáforo: Verde es OK, Naranja significa ‘En Revisión’, y Rojo es ‘Detenida para una inspección’.

El problema es el abuso de canal Rojo, muy sospechoso cuando hay un scanner de última generación.

Veamos un caso típico:

T4 afirma que el scanner idenfiticó algo ‘sospechoso’ dentro del contenedor y ordena abrirlo.

T4 le informa a Aduanas que hay que trabar la carga, Aduanas -en base a la información de T4- indica una verificación “exhaustiva”, que consiste en retirar la mercadería hasta llegar al lugar que el scanner informó que podría suceder algo ‘anormal’.

Aduanas ingresa con sus perros al contenedor y comprueba que no sucedía nada ‘anormal‘ -casi siempre lo que más se busca son sustancias ilícitas- y que todo se encuentra OK.

Por lo tanto, se procede a volver a ubicar la mercadería, cerrar el contenedor y sellar con un nuevo precinto.

Entonces, el exportador debe pagar casi US$ 4.500 por haber sido investigado y hallado inocente. Es ridículo que se abuse del procedimiento que permite facturar mucho dinero a costa de exportadores.

Fuente: Urgente 24

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