En febrero se termina el fuerte incentivo de la exención del Impuesto País. Luis Caputo espera colocar unos u$s 5.000 millones, pero dos terminales que iban a utilizar el instrumento se corrieron de la licitación. En el mercado esperan más presión sobre los dólares paralelos
El Bopreal no seduce
Pero en la industria y en el mercado anticiparon a Ámbito que en las últimas horas hubo una marcha atrás por parte de las empresas. El instrumento no termina de seducir a los importadores, en primer término porque todas las firmas en cuestión ya contaban con alguna cobertura y en segundo lugar por la negativa de proveedores y casas matrices a tomarlo a cuenta de la deuda comercial.
En el sector automotriz la situación de los insumos es crítica, al punto de que más de una terminal piensa extender el receso por la escasez de piezas. Por lo que la prioridad de las empresas a esta hora es pagar y poner las fábricas en funcionamiento. Hasta el momento, la mayor parte de las empresas elige regularizar la situación con sus proveedores vía Contado con Liquidación.
Para alcanzar el objetivo, el Gobierno deberá entonces seducir a empresas de otros rubros. Aunque según pudo saber este medio, tanto en el sector metalúrgico, alimentos como electrónica ven la misma traba: la dificultad para pagar de esa manera a los proveedores. Esta semana es fundamental porque las suscripciones de Bopreal realizadas hasta el 31 de enero de 2024 están exentas del impuesto PAIS. Es un incentivo grande que dejará de estar vigente.
La cuenta que hacen en el mercado es simple. Menos demanda de Bopreal, si el Gobierno no consigue canalizarla por otra vía, será más demanda en el CCL y por ende, más presión a los dólares paralelos. A pocas semanas de que se empiece a liquidar la cosecha gruesa, siembra interrogantes sobre el futuro del dólar oficial.
Por Andrés Lerner (Ámbito)