La sequía, las restricciones a las importaciones, la desaceleración del crecimiento y la reducción de ingresos explican la pérdida de impulso en la economía real. Sin embargo, existen ciertos factores que podrían ser oportunidades para actividades determinadas
- devaluar al ritmo de la inflación,
- tasas reales más altas y
- minuciosa política de administración de las cantidades de dólares e incentivos puntuales al ingreso de divisas.
A nivel sectorial, el panorama es cada vez más heterogéneo pero la macro los condiciona a todos (incluso a los más dinámicos) y las inversiones están en “wait & see”. El denominador común es que, hasta los que fueron motores del crecimiento durante este año, perderán combustible en 2023.
La sequía, las fuertes restricciones a las importaciones, la desaceleración del crecimiento, la reducción de ingresos y, por ende, del consumo, son los factores directos que explican la pérdida de impulso en la economía real.
A- La escasez de insumos importados puede generar incentivos –probablemente transitorios– para actividades de sustitución de importaciones como en el caso de la industria automotriz, turismo, textil y confecciones, metalmecánica y maquinaria agrícola que ocuparon posiciones con la industria nacional por el cepo importador.
B- Es posible que el ahorro busque nuevas alternativas para conservar valor ante la alta inflación y se refugie en el sector inmobiliario, la construcción y/o la compra de bienes de semi durables; el turismo y el consumo (HORECA, hoteles, restaurantes) puede salir favorecido por mayor turismo local ante aumentos en los costos de salida.
C- Además, la nueva situación global revaloriza el rol de países con ventajas comparativas en energía y alimentos y está en marcha una relocalización de cadenas de valor que otorga mayor peso a los criterios geopolíticos.
Los seis sectores económicos líderes del ranking
En 2022 los seis sectores que más crecieron fueron la producción automotriz con 24,8%, las exportaciones mineras con el 18%, la producción de agroquímicos con 13,8%, exportaciones agrícolas con 13%, la producción de aparatos de uso doméstico con el 12,5% y de petróleo con un 11,5%.
Si bien algunos de estos sectores continuarán siendo líderes, su performance, ya no será tan vigorosa en 2023.
La producción automotriz crecerá 8,3% frente a un mercado interno acotado por la escasez de modelos importados, la pérdida de poder adquisitivo, y mercados en LATAM que desacelerarían su ritmo de crecimiento.
La sequía impactará fuertemente en la producción agrícola que exhibirá una caída del 11% y en la de molienda de trigo con una fuerte retracción del 16,4%. La venta de maquinaria agrícola también se resentirá: en 2022 creció el 7% y el año que viene se mantendrá sin mejoras (0,2%).
La producción de aparatos domésticos y electrónica de consumo mostrarán un incremento del 7,6% y 5% respectivamente. Pese al contexto de pérdida poder de compra de los salarios y faltas de opciones de resguardo de valor, los consumidores continuarán buscando alternativas de consumo para deshacerse de los pesos, aprovechando las promociones y los programas de facilidades de pago (planes Ahora).
El sector de la construcción cerrará 2022 con una mejora del 5,7% y el año próximo desaceleraría al 3%.
La producción industrial despide el año con un incremento del 6,3% para ingresar en un 2023 con una estimación de mejora del 2,1% en un contexto de alza de costos y dificultades para importación de insumos, tensiones globales por insumos difundidos y alza inflacionaria.
Con precios internacionales a la baja, la tasa de crecimiento de las exportaciones mineras se mantendrá cercana al 4%. El crecimiento de la producción de gas el próximo año rondara entre el 4,5% y 6%, encontrando como limitante a la capacidad transporte del sistema. La variación dependerá de la terminación del gasoducto Néstor Kirchner.
Por otro lado, la producción de petróleo crudo en 2023 crecerá un 13% debido a una mayor exportación y alta productividad en Vaca Muerta.
Fuente: Ámbito