El intercambio comercial de Argentina alcanzó en septiembre un monto de 12,295 millones de dólares, 16.1% inferior a igual mes del año anterior, y con un déficit de 793 millones de dólares, informó hoy el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
El intercambio comercial de Argentina alcanzó en septiembre un monto de 12,295 millones de dólares, 16.1% inferior a igual mes del año anterior, y con un déficit de 793 millones de dólares, informó hoy el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). En septiembre, las exportaciones alcanzaron 5,751 millones de dólares, con una caída de 23.5% interanual, y las importaciones 6,544 millones de dólares, con una retracción de 8.3%, de acuerdo al informe Intercambio Comercial Argentino del Indec. Según el organismo estadístico, se trató del octavo registro negativo del año.
Las exportaciones cayeron 1,767 millones de dólares respecto de igual mes de 2022, debido a una baja de 12.8% en las cantidades y de 12.5% en los precios (principalmente a menores ventas de porotos de soya, aceite de soya, harina y pellets de soya, carne bovina, maíz en grano y aceites crudos de petróleo); mientras que la desestacionalizada y la tendencia-ciclo se redujeron 1.2% y 0.3% con relación a agosto.
En el caso de las ventas al exterior, todos los rubros disminuyeron: los combustibles y energía (CyE), 33.8%; los productos primarios (PP), 31.0%; las manufacturas de origen agropecuario (MOA), 28.7%; y las manufacturas de origen industrial (MOI), 5.3%.
Por su parte, las importaciones descendieron 593 millones de dólares respecto de septiembre del año pasado, debido a una caída de 11.0% en los precios, ya que las cantidades se incrementaron 2.7%; y, en términos desestacionalizados, aumentaron 0.9% y la tendencia-ciclo, 0.3%, con relación a agosto pasado.
Las compras al exterior se redujeron en los casos de combustibles y lubricantes, en 42.6% (en particular gas natural en estado gaseoso, urea con contenido de nitrógeno, gasoil, gasolinas, fueloil y glifosato). Se registraron aumentos en las compras de porotos de soya.
Fuente: El Economista