A pesar de que el gobierno de Javier Milei transita su mejor momento, se multiplican los casos de fabricantes locales que analizan cambiar su modelo de negocios para traer mercadería del exterior. Argentina se encareció en dólares, el consumo cayó y la competitividad no mejora
Advierte la UIA por “segunda ola”
Según datos del Gobierno, en el último año se perdieron unos 30.000 puestos de trabajo en el sector industrial. La caída estuvo muy concentrada entre diciembre del 2023 y marzo del 2024, cuando la actividad sufrió un desplome cercano al 8%. En los últimos meses la caída se desaceleró y en el Ejecutivo dan por terminada la fase contractiva.
En el sector industrial advierten por una “segunda ola” de cierre de fábricas, producto de la apertura de importaciones sin mejoras en el “costo argentino”. “Si no se resuelven los problemas de competitividad como la cuestión impositiva, la infraestructura, la promoción de inversiones y la modernización de los regímenes laborales, la apertura va a tener consecuencias negativas, especialmente en las PyMEs y el empleo”, advirtió la UIA este lunes después de su reunión de junta directiva.
Empresas en problemas
¿Y si todo sale bien? A pesar de que el Gobierno transita su mejor momento en materia económica: se desacelera la inflación baja el riesgo país y la actividad muestra signos de recuperación, el contexto empuja a muchas empresas a una situación límite. La fabricante Aceros Zapla está prácticamente parada en la provincia de Jujuy. Está pagando con demoras el 85% de los salarios porque presentó un Procedimiento Preventivo que vence el 30 de este mes. El futuro de los 230 trabajadores es incierto. El director provincial de Trabajo jujeño, Carlos Coronel, aseguró que “esta crisis tiene su origen en la liberación de las importaciones”.
Otro ejemplo. Sergio Peretti, dueño de la firma SLP que fabrica bicicletas, remarcó que pese al crecimiento de la empresa “el panorama ahora no es tan alentador”. Advirtió en una entrevista con el portal Dos Florines que la baja de aranceles costará puestos de trabajo: “puede cambiar nuestro perfil, si los números no dan, pasaremos de ser una industria a una importadora”.
Uno de los puntos llamativos del caso, es que los repuestos que se utilizan para armar las bicicletas, siguen pagando aranceles. Trumpismo al revés, se le quita competitividad a los industriales locales para mejorarla a los extranjeros, se quejan. Si se dedica a revender mercadería del exterior, la firma podría reducir la mitad del personal
La situación se extiende a otros sectores: textil, indumentaria, metalúrgico, alimentos, electrodomésticos. Este último sector registra un crecimiento de las importaciones sin precedentes. Un dato ilustra la situación: el año pasado se importaban heladeras a un ritmo de 3.000 unidades por mes, ahora llegan al país unas 30.000 mensuales.
Un empresario del sector que realizó hace poco tiempo una inversión multimillonaria para fabricar equipos de una primera marca en el país, se preguntó qué va a hacer ahora que Argentina se encarece en dólares, que las mejoras en la competitividad no aparecen, el consumo cae y el aluvión importador llegó para quedarse.
Por Andrés Lerner (Ámbito)