El Decreto DNU n°70/23 amenaza el control aduanero y despierta recuerdos de la crisis en México. Por el Asesor letrado del CDA y coredactor del Código Aduanero, Dr. Héctor Guillermo Vidal Albarracín
En un giro que ha encendido las alarmas en el ámbito del comercio internacional, la reciente eliminación de la idoneidad en el despacho aduanero, impulsada por el polémico Decreto DNU n°70/23, ha avivado los temores de un inminente colapso en el control aduanero sobre importaciones y exportaciones. Este movimiento, sorprendentemente similar a una reforma llevada a cabo en México en 2013, ha despertado preocupaciones sobre la integridad y confiabilidad de la información contenida en las declaraciones aduaneras.
La historia se repite: en México, una reforma similar permitió documentar a terceros sin estándares de calidad, capacidad, solvencia moral ni económica, desplazando a los Agentes Aduanales. El resultado fue un caos en la veracidad de la información, poniendo en riesgo la seguridad del comercio internacional. Ahora, Argentina enfrenta un escenario peligroso, donde la eliminación de requisitos podría llevar a la acumulación de mercadería mal documentada en las aduanas, alimentando el temor de un aumento en el contrabando y la corrupción.
Expertos y actores clave en el comercio internacional han expresado su preocupación, pues la eliminación del sistema registral rompe con la armonización del Código Aduanero que rige desde hace más de 40 años, en el que la relación Aduana – Despachante de Aduana es de derecho público, toda vez que es un Auxiliar del Servicio Aduanero (art. 36 del citado cuerpo legal) y obligado a reportar las operaciones inusuales y sospechosas a la Unidad de Información financiera. Se hace indispensable pues la suspensión inmediata de la medida para su revisión. La premisa es clara: es necesario debatir y adecuar la normativa de manera que equilibre la facilitación del comercio con la eficiencia del control aduanero. La experiencia mexicana sirve como advertencia palpable de los riesgos asociados con la eliminación de estándares, y Argentina tiene la oportunidad de aprender de estos errores antes de que las consecuencias se vuelvan irreparables.
La comunidad empresarial, los despachantes de aduana y las autoridades deben unirse en un esfuerzo concertado para evitar una catástrofe irreparable. La suspensión temporal de esta medida permitirá un debate informado y la implementación de ajustes necesarios para preservar la integridad del sistema aduanero argentino. En este momento crucial, la prudencia y la previsión son esenciales para salvaguardar la reputación del país en el ámbito internacional y garantizar un comercio seguro y eficiente.
Fuente: Centro Despachantes de Aduana (CDA)