Este viernes, la empresa anunció la cancelación de sus vuelos Ezeiza- JFK de Nueva York a partir del 10 de agosto.

La decisión tiene que ver con la rentabilidad – o falta de rentabilidad – de la ruta, algo que se conoce desde hace mucho tiempo. Solo en febrero y marzo de este año, la ruta arrojó números negativos cercano a los 250 mil dólares. En el año, se proyectaba una pérdida total por encima del millón de dólares.

Al margen de los ingresos, la ruta es cara de operar – las tripulaciones pernoctan allí tres noches en un hotel de U$S 300 la noche por habitación, más viáticos -, pero además con una mala conectividad desde allí para el pasajero de Aerolíneas. Está claro que este será una medida criticada, no solo por los tripulantes sino también por el resto de los empleados que volaban como sublos.

Desde la empresa argumentaron que la decisión es el resultado de una política de evaluación permanente sobre la rentabilidad de cada ruta, frente a un mercado aeronáutico de extrema volatilidad. “El camino elegido en este escenario fue el de reforzar y priorizar la operación a los destinos de mayor beneficio económico para la compañía. La disponibilidad de flota y tripulación va a permitir a la empresa aumentar la productividad de su flota en los destinos de mayor rentabilidad”

El objetivo es extender a dos vuelos diarios la oferta a Miami y a Madrid, además de disponer recursos para aumentar frecuencias al Caribe y a Roma.

Los pasajeros de Aerolíneas podrán seguir volando a la ciudad de Nueva York a través de los vuelos de código compartido que se ofrecen con su partner  Delta. También informó la empresa, que aquellos pasajeros que ya tienen pasaje para vuelos posteriores al 10 de agosto serán reubicados en vuelos directos de otras aerolíneas o, alternativamente, en vuelos vía Miami. Esa comunicación se hará de forma directa con los pasajeros o a través de las agencias emisoras de los tickets.

Fuente: aviacionnews.com

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