El gobierno de Javier Milei continúa avanzando con un plan de desregulación aduanera que ha causado alarma en varios sectores productivos.

A través de medidas impulsadas por la AFIP y bajo la dirección de Federico Sturzenegger, se busca reducir los costos de importación y facilitar el ingreso de productos extranjeros. La eliminación de controles empresariales en las importaciones y los valores de referencia para exportaciones son parte de esta estrategia.

Uno de los sectores más afectados es el textil, que ya enfrenta una profunda crisis. Desde la Fundación Pro-Tejer, su presidente Luciano Galfione advirtió que estas políticas agravan aún más la situación al eliminar regulaciones clave que garantizaban la competencia justa y la transparencia en el comercio exterior.

Galfione expresó que las regulaciones desmanteladas eran fundamentales para evitar la evasión fiscal y controlar maniobras de subfacturación. Señaló que, en lugar de favorecer a la industria nacional, las nuevas disposiciones beneficiarán principalmente a los productos extranjeros que ingresan al país sin el debido control.

El objetivo del gobierno es aumentar la competencia en el mercado interno mediante la introducción de más productos importados, lo que podría presionar a la industria local. Sin embargo, sectores como el textil temen que la medida empeore la crisis industrial, ya que no se han planteado soluciones para quienes producen en el país.

Con una economía en recesión y una industria nacional en crisis, las voces críticas señalan que la desregulación aduanera amenaza con erosionar la competitividad de la producción local y poner en riesgo el empleo.

Fuente: Ambito

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