Colocó u$s904 millones en la última licitación con beneficios fiscales y cambiarios. Apuntan a iniciar la próxima semana la colocación de las series 2 y 3, que en principio saldrían en simultáneo. ¿Cómo sigue la estrategia del Gobierno? Las industrias y el acceso a insumos
BOPREAL: la segunda etapa
Para la etapa que se abre ahora, estos endulzantes ya no estarán sobre la mesa, según ratificaron fuentes oficiales. El argumento de los funcionarios es que, como las series 2 y 3 son más cortas, no necesitarán de estos incentivos para recibir el flujo de demanda esperado.
Según le dijeron fuentes con conocimiento del tema a este medio, la séptima licitación de BOPREAL se hará, en principio, la próxima semana. Los detalles de la colocación se conocerán en las próximas horas. La idea del BCRA es subastar a lo largo de febrero de forma simultánea las series 2 y 3 en busca de captar un total de u$s5.000 millones. La segunda tendrá un tope de u$s2.000 millones y la tercera, de u$s3.000 millones.
La serie 2 vencerá en junio de 2025, se amortizará en doce cuotas mensuales desde julio de 2024, no generará intereses y no cotizará en el mercado secundario. La serie 3 tendrá vencimiento en mayo de 2026, se pagará en tres cuotas trimestrales desde noviembre de 2025, rendirá una tasa en dólares del 3% anual y sí será cotizable.
En la serie 2 tendrán prioridad de acceso las pymes con deudas comerciales superiores a u$s500.000. El resto de las pequeñas y medianas empresas (el 80% del total) tendrán acceso directo al mercado oficial de cambios para saldar sus pasivos en tres cuotas a partir del 10 de febrero. Con todo, saben en la entidad que preside Santiago Bausili que para conseguir una demanda importante en las próximas licitaciones dependerán de las grandes compañías, que poseen el grueso de la deuda por importaciones y a las que el Gobierno intentará seducir, como hizo en las últimas semanas. Además, las pymes tuvieron dificultades hasta acá para que sus proveedores del exterior aceptaran el bono.
“La serie 2, al no tener cotización en el mercado secundario, no creo que tenga demasiada demanda. Tal vez es alguna colocación puntual para alguna empresa grande. Más aún teniendo en cuenta las facilidades que dieron para las pymes”, consideró Nicolás Rivas, head trader y director de BAVSA. Y planteó que, tal vez, “si ven que necesitan porque empieza a haber mucha demanda de CCL para los que se quedaron afuera, modifiquen las condiciones” porque “el Gobierno es pragmático en eso”.
Deuda comercial, estrategia y problemas para la industria
Para el equipo económico, es clave la señal que pueda enviar al mercado con la segunda etapa del BOPREAL. Ocurre que este bono es la herramienta con la que busca allanar el terreno para levantar el cepo cambiario cuando mejore la ecuación de las reservas.
Algunas voces, como la del exministro de Economía Martín Guzmán, señalan al BOPREAL como un primer paso del Gobierno en busca de dolarizar la economía. “Es un conjunto de operaciones para convertir el pasivo remunerado del Banco Central en pesos en un pasivo en dólares”, dijo semanas atrás y advirtió que se trata de una estrategia riesgosa porque el BCRA no emite esa moneda, además de alertar sobre el impacto que tendría para las posibilidades de desarrollo de Argentina el hecho de que eventualmente se concrete el cambio de régimen monetario.
Sobre la estrategia oficial, Rivas consideró que la intención es “vender dólares a plazo” y aprovechar para aspirar los pesos que inyectó para comprar divisas en el mercado oficial (MULC): “Hoy más que nada está compensando los pesos que emitió para comprar dólares en el MULC con la absorción vía BOPREAL. Ahora, va a venir un período en el que el BCRA tal vez no compre tanto (hoy vendió u$s10 millones) que podría extenderse hasta la cosecha gruesa porque va a haber mayor demanda de importadores de acuerdo al calendario de pagos que se estableció”.
Mientras tanto, si bien las compañías que entraron a la primera serie del BOPREAL y las pymes con montos bajos de deuda comercial tuvieron un alivio, lo cierto es que muchas empresas aún se encuentran sin poder encauzar la situación con sus proveedores. Y advierten que esto dificulta el acceso a insumos importados para producir, en un contexto en el que la caída del salario real y del consumo ya hace crujir la dinámica de la actividad.
Es que, de momento, existen algo más de 1.300 firmas que accedieron a la serie 1 por u$s5.000 millones y habrá unas 10.000 mipymes que accederán en los próximos tres meses al MULC por alrededor de u$s1.200 millones, según estimó Caputo. Sin embargo, el resultado del padrón elaborado por la Secretaría de Comercio y la AFIP mostró que el stock de deuda por importaciones asciende a u$s42.600 millones.
Por Juan Strasnoy Peyre (Ámbito)