Si lo medimos en términos reales entre el 2011 y la actualidad, el PBI no creció, la inflación pasó del 9,5 al 120 % anual, el valor del dólar pasó de 4,45 a 493 pesos en el mercado paralelo y de 4.25 a 235 pesos en el mercado oficial y la pobreza pasó del 27,5 al 39,2 % en la actualidad.
Lo más complejo es que estas mayores restricciones cambiarias para individuos y empresas para comprar dólares en el mercado oficial único libre de cambios (MULC) a lo largo de este gobierno se han extendido también a la operatoria en los mercados financieros alternativos y comienzan a provocar grandes inconvenientes en el pago de servicios y fletes que se pagan por ingresar importaciones de diferentes productos.
Por una medida del BCRA que busca frenar la caída de reservas internacionales desde el 15 de mayo pasado se frenó el cobro de servicios y de fletes en el país de las empresas de transporte internacional en el mercado marítimo y aerocomercial.
Esos pagos ahora se deben hacer vía agentes de cargas locales que deben transferir esos dólares al exterior y esperar luego en caso de ser aprobada esa operación que el BCRA le otorgue esos dólares al tipo de cambio oficial.
Estas dificultades comenzaron el pasado 20 de abril con la publicación de la Comunicación A 7746 que estableció que para la remesas de pagos por fletes y otros servicios de transporte a contrapartes vinculadas se tienen que pedir autorizaciones y esperar 90 días hasta que estas se aprueben o no lo que generó una gran incertidumbre en esas operaciones cambiarias.
El gobierno calcula que se podrían ahorrar unos 900 millones de dólares que paga la industria automotriz y otros 500 millones de dólares por fletes internacionales que pagan los laboratorios y una alargamiento de los plazos para conseguir esos dólares de unos 60 días ya que el gobierno comenzó desde la semana pasada a instrumentar una nueva SIRA, la SIRASE, para aprobar el pago de los fletes internacionales ya que anteriormente las empresas importadoras accedían directamente a comprar esos dólares en el mercado único y libre de cambios (MULC) y que dependerá de la secretaría de Comercio, del BCRA y de la AFIP.
En esa dirección va la publicación del jueves pasado de la Comunicación A 7771 del BCRA para frenar la demanda de dólares por el pago de fletes que impide a las empresas importadoras comprar los dólares en el mercado oficial único y libre de cambios (MULC) a 230 pesos para pagar esos fletes para traer esas mercaderías del exterior que paralizó las importaciones esta semana ya que muchas empresas de fletes aerocomerciales y marítimas han decidido por ahora frenar ese tipo de operaciones operaciones.
Esta comunicación reemplaza el punto 1. de la Comunicación “A” 7766 publicada el 20 de abril pasado y establece que las entidades sólo podrán dar acceso al mercado de cambios para cursar pagos de importaciones de bienes en el marco de lo dispuesto en los puntos 8.1. a 8.6. de la Comunicación “A” 7622 y complementarias cuando se verifiquen las siguientes condiciones: se trate de un pago que corresponde a una declaración SIRA que obtuvo el estado “SALIDA” hasta el 11.5.23.
También si se trata de un pago con registro de ingreso aduanero pendiente que corresponde a una declaración SIRA que obtuvo el estado “SALIDA” a partir del 12.5.23 y la entidad constató que a la declaración se le asignó un plazo de 0 (cero) días corridos”.
Por ese motivo la mayoría de las empresas internacionales de fletes que operan en nuestro país comunicaron a sus clientes que: “con motivo de las restricciones vigentes para la transferencias de fletes internacionales desde nuestro país hacia el exterior, nos vemos en la necesidad temporal de suspender hasta nuevo aviso los pagos de fletes de importación en Argentina. Dicha instrucción tendrá efecto para nuevos bookings a partir del 24 de mayo”.
La modalidad aprobada es un puente para financiar unos US$ 3.000 millones de las importaciones. “El sistema que entrará en vigencia permitirá a las empresas que actúan tanto como importadoras y exportadoras financiar la compra de insumos con sus propios proveedores o con líneas de crédito internacional, de bancos extranjeros o locales” dice el comunicado de la entidad y agrega que: “el funcionamiento del sistema sigue teniendo como punto de partida la SIRA aprobada, que es el instrumento que autoriza las importaciones.
“Con este nuevo instrumento, se espera que las industrias puedan regularizar las cadenas de producción garantizando un flujo previsible y constante de insumos, a un costo financiero menor” explicaron a Iprofesional fuentes cercanas al equipo económico.
El miércoles pasado la empresa naviera MSCI lideró la comunicación acerca de las distintas fechas de junio en que las importaciones desde la Argentina tendrán que ser pagadas por el destinatario en el exterior.
Con este nuevo esquema instrumentado por el BCRA la Argentina queda en nuevo status similar al de Venezuela que en la jerga naviera internacional se denomina “puerto sucio”.
Así es como se define a aquellos puertos en los que no pueden pagarse los fletes utilizando moneda local para comprar los dólares en el país y pagar esos servicios a las empresas navieras internacionales.
Por ese motivo la Feceara (Federación de Cámaras de Comercio Exterior de la República Argentina) en una nota enviada al ministro de Economía Sergio Massa, al presidente del BCRA Miguel Pesce, al titular de la AFIP Guillerno Michel y al secretario de Comercio Matias Tombolini manifiesta: “su profunda preocupación por el impacto que estas nuevas restricciones tienen en en el comercio internacional lo que afectará gravemente el futuro ingreso de divisas”.
Por lo tanto, la entidad solicita a las autoridades revisar estas nuevas restricciones para evitar el impacto que las mismas tendrán en el comercio internacional de la Argentina con el mundo”.
Desde el gobierno señalan que la Aduana detectó grandes abusos en el mercado de cambios oficial donde algunas empresas solicitaban dólares al BCRA por hasta tres veces del valor internacional para pagar esos fletes internacionales y con las nuevas medidas se podrían ahorrar unos 500 millones de dólares mensuales hasta fin de año. A esto se suma un alejamiento de 90 días de los plazos para obtener esos dólares al tipo de cambio oficial de 232 pesos.
Además el BCRA dejó de lado todas las exenciones que se mantenían desde la pandemia para empresas que ahora deberán regresar al régimen de espera de 180 días para ingresar la mercadería como por ejemplo los laboratorios internacionales y nacionales pero el plazo será por ahora de 90 días. Por lo tanto el BCRA estira en dos meses ese plazo para entrar es eso dolares a esos sectores importadores.
Los datos de algunas consultoras y bancos proyectan que la deuda por el diferimiento de plazos para entregar esos dólares a los importadores llegará a fin de año a unos 15.000 millones de dólares que probablemente deban ser afrontados por el próximo gobierno.
También con el objetivo de ahorrar dólares para frenar la caída de reservas internacionales brutas se instrumentó un nuevo sistema para financiar importaciones aprobado hace dos semanas por el Directorio del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
Por lo que pudo saber iProfesional la instrumentación de estas medidas junto con las erráticas decisiones tomadas la semana pasada con las intervenciones en el mercado secundario para frenar el rulo financiero entre el dólar paralelo y los dólares financieros alternativos generó varios roces entre Massa y el presidente del BCRA Miguel Pesce.
Por otra parte con los 300 millones de dólares liquidados el miércoles pasado las ventas del sector agro exportador industrial por el dólar agro totalizaron unos 3.500 millones de dólares desde su instrumentación el 12 de mayo pasado pero están por ahora muy lejos de los 5.000 millones de dólares que proyectaba el equipo económico antes de lanzar este tipo de cambio diferencial que finaliza el próximo 31 de mayo.