La situación ya provocó el cierre de plantas históricas como SKF y Dana, generando despidos, lo que llevó a exlíderes sindicales a advertir que el “sistema no es sostenible” sin producción local

El sector de componentes automotrices de Argentina acentuó su declive y acumuló un saldo comercial negativo de u$s 7.404 millones de dólares durante los primeros nueve meses de 2025. Esta cifra representa un incremento del 9,8% en comparación con el mismo lapso del año anterior, según datos proporcionados por la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC).

La organización atribuyó este resultado a una “mayor flexibilidad en las importaciones”implementada por el Gobierno de Javier Milei, lo que generó “un desequilibrio importante en los flujos comerciales”.

En este contexto, entre los meses de enero y septiembre, las adquisiciones de autopartes provenientes del exterior aumentaron un 8,7% interanual, alcanzando los  u$s 8.386 millones. En contraste, las ventas al exterior (exportaciones) apenas registraron un avance del 1,1%, situándose en $982 millones.

El presidente ejecutivo de AFAC, Juan Cantarella, enfatizó que “el problema del déficit del sector de autopartes no es coyuntural. Viene de décadas, en la actualidad se profundizó, pero no se generó hace unos meses”. Dentro de esta situación, el ingreso al país de productos como baterías, amortiguadores, juntas y neumáticos se incrementó entre 50% y 135%, con Brasil y Asia como las fuentes principales.

Cantarella mencionó que el empeoramiento se debe a múltiples elementos, aunque el problema central sigue siendo la escasa competitividad originada por la estructura tributaria ajena a las empresas y los inconvenientes laborales de un ámbito que da empleo a más de 54.000 personas.

A estos factores, se suman, explicó, los cambios tecnológicos “abruptos” en los vehículos y la fuerte entrada de la industria china, que ejerce presión con costos notablemente inferiores.

Cierre de plantas con historia

Esta coyuntura impactó severamente en el tejido productivo. En octubre, la empresa multinacional sueca SKF clausuró su histórica fábrica de Tortuguitas, en la provincia de Buenos Aires, donde producía rodamientos desde 1917, y despidió a cerca de 150 empleados.

A su vez, la proveedora de autopartes estadounidense Dana cerró su establecimiento en Naschel, San Luis, dedicado a la fabricación de componentes de transmisión y suspensión, dejando sin trabajo a aproximadamente 50 empleados.

“SKF y Dana se fueron porque no tenían mercado, por el crecimiento de las importaciones, porque traen todo de China, pero también porque cada vez hay menos consumo”, sostuvo Antonio Caló, ex titular de la UOM, quien advirtió: “Este sistema no es sostenible, el Gobierno tiene que entender que esta no es la solución. Tiene que haber producción”.

La inquietud también se propaga entre los fabricantes regionales. “Entramos en un círculo vicioso que hace que la oferta local caiga, porque nos empujan a que nos vayamos, lo que a su vez después les da la razón a las terminales en traer las partes desde China”, manifestó uno de los principales empresarios autopartistas de Buenos Aires, reflejando la tensión que afecta a toda la cadena de valor.

Fuente: Data Diario

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