En la previa del Día del Niño, el mercado argentino de juguetes atraviesa una transformación sin precedentes. En el primer semestre de 2025, las importaciones aumentaron un 108,7% en volumen físico y un 79% en valor.
La desregulación impulsó la expansión, pero expertos advierten sobre la falta de controles en productos ingresados por courier
Se alcanzaron las 10.500 toneladas y US$ 58,3 millones. El número de empresas importadoras casi se duplicó: pasó de 265 en 2024 a 501 este año.
Este fenómeno está estrechamente ligado al nuevo marco normativo impulsado por el Gobierno nacional, que incluye la eliminación del impuesto PAIS, la desregulación del sistema de importaciones, con el reemplazo del SIRA por el Sistema Estadístico de Importaciones (SEDI), y la flexibilización de compras por courier, cuyo límite se amplió a US$ 400.
Estas medidas permitieron una fuerte entrada de juguetes importados -en su mayoría provenientes de China- a menos de US$ 3 por kilo.
Luces de alerta
Sin embargo, el crecimiento de la oferta también encendió luces de alerta. Gabriel Salomón, director comercial de Jidoka, empresa especializada en logística y comercio exterior, advierte sobre la ausencia de controles de calidad en un alto porcentaje de productos, especialmente aquellos que ingresan bajo regímenes simplificados como el courier particular.
“Históricamente, la importación de juguetes estuvo sujeta a la intervención de terceros organismos y a diversas medidas para-arancelarias, como licencias de importación, certificaciones IRAM y requisitos de seguridad eléctrica”, comentó. “Sin embargo, estas exigencias no aplican actualmente a regímenes simplificados como el courier particular, lo que obliga a tener un control sobre los estándares de seguridad”, detalló.
Uno de los puntos críticos está en los juguetes de plástico, que podrían contener ftalatos (compuestos químicos nocivos asociados a problemas reproductivos, malformaciones, alteraciones hormonales y riesgos neurológicos en niños y embarazadas).
Precauciones
Desde Jidoka recomiendan a los consumidores tener especial precaución al momento de elegir juguetes importados. Entre las sugerencias clave se destacan:
- Verificar el origen y la reputación del vendedor: Priorice la compra a minoristas establecidos y reconocidos que garanticen la procedencia y calidad de sus productos.
- Exigir certificaciones de seguridad: Asegúrese de que los juguetes cumplan con las normativas de seguridad internacionales y locales. Busque sellos de calidad como el de la norma IRAM, aunque no sean obligatorios para todas las importaciones.
- Informarse sobre los materiales: Especialmente en juguetes de plástico, investigue si el producto está libre de ftalatos y otros químicos nocivos. La transparencia en la composición es crucial.
Si bien la flexibilización puede traducirse en mayor variedad y precios más competitivos, el desafío está en garantizar que esa abundancia no comprometa la seguridad. En vísperas de una de las fechas más importantes para el sector, el llamado es claro: elegir con conciencia y exigir estándares que protejan la salud de los más chicos.
Fuente: Los Andes