Un informe de Ecolatina detalla que en el segundo trimestre se acumuló una nueva deuda neta por US$ 2.700 millones
Con las reservas netas en rojo, la deuda con los importadores sigue creciendo. Según la consultora Ecolatina, la deuda comercial por importaciones de bienes es la más elevada de la historia, incluso medida en moneda constante.
Este crecimiento, equivalente a más dos meses de importaciones, “representó una fuente alternativa de financiamiento frente al severo impacto de la sequía y las exiguas reservas internacionales del Banco Central”.
De los US$ 34.300 millones, no todo es deuda del Central con los importadores. El informe precisa que la mayor parte de esta deuda está vinculada a compromisos que las filiales locales mantienen con su casas matrices. “Los principales acreedores son empresas del mismo grupo. Las compañías emparentadas explicaron el 57% del aumento acelerado de la deuda por importaciones“, indicaron desde Ecolatina.
Mientras que en 2015 concentraban el 42% de la deuda total, hoy estas empresas explican el 56% del total de los compromisos. “Esta dinámica se explica en parte debido a que cuentan con mayores márgenes para extender los plazos y rollear los vencimientos frente a las exigencias que impone el Gobierno”, señalaron.
De todos modos, Ecolatina resalta que “el elevado stock representará una carga para el próximo gobierno, dado que constituye una demanda de divisas reprimida. Este factor será una de las claves a considerar al momento de resolver si el desarme del cepo cambiario será más rápido o gradual en el tiempo”.
Como referencia, la consultora precisa que durante la experiencia de la eliminación del cepo cambiario 2011-15, “la deuda por importaciones totalizó al cuarto trimestre de 2015 unos US$ 23.500 millones“. Aquella vez, si bien los compromisos se ubicaban por debajo del stock récord de años previos, “la situación de las reservas se ubicaba en un estado crítico, representando sólo el 22% de esta deuda”.
“La herencia de cara a 2024 será más desafiante en materia de deuda comercial. El Gobierno entrante deberá administrar una deuda comercial mayor con un stock de reservas en terreno negativo y no contará en esta oportunidad con acceso al crédito internacional”, sostuvieron.
En medio de un panorama tan complejo, el próximo gobierno tendrá algunos puntos a favor: “el fin de la sequía y el mayor impacto de la puesta en marcha del Gasoducto NK, que estimamos permitirá revertir el déficit estructural del balance energético. Además, la corrección cambiaria -y con ello una menor brecha- o una eventual unificación desalentarían la demanda por importaciones”.
Con todo, “la percepción de un pronto desarme de las restricciones cambiarias seguiría favoreciendo el rollover del stock existente”.
Fuente: Clarín