En 2008 comenzó la implementación, con mayor vigor (las primeras datan de años anteriores), de las licencias no automáticas de importación (LNA), no solo en Argentina sino también en todo el mundo, incluso en los países desarrollados, en el marco de la crisis financiera internacional.

Este instrumento esta normado por la Organización Mundial del Comercio (OMC) en el Acuerdo sobre Procedimientos para el Trámite de Licencias de Importación, que establece que las autoridades estatales tienen la obligación de expedirse en el plazo de treinta días hábiles, con posibilidad de ampliarse a sesenta, como máximo. Si bien su finalidad no es restringir, muchos países lo han utilizado a tal efecto, generando reacciones tanto externas, de países miembros de la OMC, como internas, como por ejemplo a través de presentaciones de importadores ante el Poder Judicial.

Hasta el 2012, la aplicación de las LNA generó una efectiva restricción en las importaciones, la cual se acrecienta ese año cuando se implementan las declaraciones juradas anticipadas de importación (DJAI), que estuvieron en vigencia hasta el cambio de gobierno en 2015.

La administración Cambiemos derogó las DJAI debido a una demanda a nivel internacional en la OMC que se dirimió con un fallo en contra de Argentina, que obliga a ello. A partir de allí se restituyó el uso de las LNA, afectando muchas más posiciones arancelarias y un porcentaje de las importaciones que durante su período de vigencia anterior. No obstante, las importaciones abarcadas por las licencias no muestran un comportamiento distinto al de las importaciones totales; es decir, el instrumento de política comercial no implica restricción alguna para las importaciones. El pico de importaciones se registra en 2018, cuando creció la participación de los productos importados en el consumo interno, pasando de un 5,6% en 2015 a un 7,6% en 2018, aunque luego cayó al 7% con la crisis de 2019.

Es decir, la implementación de las LNA no tuvo un efecto restrictivo sobre las importaciones. En efecto, entre los meses del aislamiento dispuesto por la pandemia y mediados de 2022 se evidenció un crecimiento de las importaciones, tanto las afectadas por LNA como las no afectadas, en el marco de una caída del PBI.

Precios y cantidades

En 2022 se observó un aumento de los valores totales de importación y no de las cantidades importadas; es decir, se registró un aumento de los precios de importación. Esto pudo deberse a dos motivos no excluyentes: por un lado, al aumento de precios internacionales producto de, conflicto bélico en Ucrania; por el otro, a una sobrefacturación de importaciones en el marco de las restricciones al acceso al Mercado Único y Libre de Cambios.

A su vez, continuó el aumento de la participación de los productos importados en el consumo interno de nuestro país. Finalmente, se observó un considerable aumento de la concentración empresarial de las importaciones, identificando en 2022 a 59 empresas que acumulaban al menos el 50% del monto importado (0,29% del total de las empresas importadoras registradas en dicho año).

Desde el cambio de gestión económica se incorporó un nuevo instrumento para la administración de las importaciones, llamado Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA). A partir de su implementación se pueden destacar dos aspectos positivos: por un lado, la aprobación de las LNA se realiza en coordinación con todos los organismos necesarios involucrados (la Agencia Federal de Ingreso Públicos, la Dirección General de Aduanas, la Secretaría de Comercio y el Banco Central de la República Argentina); por el otro, se observa una reducción de las importaciones totales de aproximadamente el 26% en términos nominales y de 20% en términos reales, si se compara con el semestre inmediatamente anterior.

Si bien administrar la urgencia es inevitable, solucionar los problemas contraídos durante las anteriores gestiones se hace inminente para perseguir objetivos de desarrollo sostenibles a largo plazo.

* Investigadora CONICET-UNLU- Miembro de Paridad en la Macro