La tendencia se profundiza en medio de condiciones complejas para competir. La participación de las importaciones en la economía es la más alta del siglo
El modo defensivo de la industria
Para la analista especializada en Desarrollo Productivo, Agostina Monti Salías, el movimiento no sorprende porque no es la primera vez que sucede: “Durante el período 2016-2018, con una política de apertura comercial y una fuerte apreciación del tipo de cambio real, muchas empresas enfrentaron la imposibilidad de competir y adoptaron estrategias similares”, remarcó.
Para Monti Salías, lo que vemos hoy es un “triple impacto estructural sobre la competitividad industrial”: un tipo de cambio real aún apreciado, que encarece artificialmente los productos nacionales, una presión tributaria elevada y mal diseñada, que recae con más peso sobre la producción formal que sobre otras actividades y la falta de financiamiento por las altas tasas de interés reales y la volatilidad financiera que lo tornan inviable.
“En este contexto, muchas firmas industriales, especialmente PyMEs, adoptan decisiones defensivas. Importan productos terminados para mantener presencia comercial o sustituyen insumos nacionales por importados más económicos”, explicó la especialista. Sobre este punto, destacó que “no lo hacen porque les convenga estratégicamente, sino porque las condiciones macro e institucionales no les permiten otra alternativa de supervivencia”.
La selección natural
“Es adaptarse o morir”, dijo Carlos Bender, dueño de Lumilagro, que a partir de la decisión del Gobierno de dar de baja una medida antidumping, optó por cambiar el mix de marca y volcar el grueso del negocio, más del 60%, a la importación. La empresa se quedó con unos 65 empleados para producir dos modelos de termos en la planta que tienen en la Provincia de Buenos Aires.
Para Audemus, la razón por la que incluso en un escenario de reactivación y baja de la inflación la industria no ha tenido una reacción positiva, ubicándose en la mayoría de los casos por debajo de 2023, se explica por la combinación entre apertura de la economía y atraso cambiario.
El informe de la consultora tiene un cuadro da cuenta de más de una decena de medidas que facilitaron la importación, mientras que del lado de las mejoras en las condiciones para producir, por el momento hay un extenso vacío. Lejos estar en una cancha “nivelada”, la apertura se da en un contexto de inestabilidad financiera y con un tipo de cambio que solo en 12 de los últimos 55 años fue tan bajo.
Fuente: Sitio Andino Economía