Mediante una catarata de decretos, el gobierno de Javier Milei introdujo medidas que buscan facilitar el comercio internacional, sin embargo, para que la actividad se recupere, el sector privado aguarda más definiciones del ministro de Economía, Luis Caputo, y su par de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger.

En números, en los primeros siete meses del año, el país acumuló un superávit de 12.262 millones de dólares, a partir de un aumento del 14,8% en las exportaciones y un desplome del 25,9% en las importaciones, de acuerdo a los datos que publica el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC).

Mientras algunos sectores se alinean a la desregulación y desburocratización de normativas del comercio exterior, ante las mejores condiciones para importar, otros advierten que la falta de medidas antidumping pueden dar lugar a nuevos monopolios que dejen fuera de competencia a las industrias locales.

Junto con retrotraer a 7,5% la alícuota del impuesto PAIS y reducir a dos las cuotas para el acceso a divisas para el pago de importaciones, la Secretaria de Comercio logró incrementar el cumplimiento de pagos al exterior que creció de 30% en noviembre de 2023 a cerca de 75% en los últimos meses, según datos de la subsecretaria de Comercio Exterior.

El dato se presenta como clave para encausar el endeudamiento del sector privado, que a fines del 2023 comenzó a generar trabas en el comercio con proveedores del exterior; sin embargo, referentes de la industria local aseguran que la falta de pago anticipado continúa limitando la importación del sector pyme, principalmente.

Por otro lado, una fuente con acceso a datos de operaciones en el puerto de Buenos Aires -que concentra la mayor cantidad de movimiento de contenedores del país-, apuntó a la recesión como el principal obstáculo para la reactivación. Según precisó mientras el nivel de exportaciones corre al 50% de los registros de 2022, las importaciones cayeron a la mitad en relación al 2023. 

“Se está incentivando la importación, sin fortalecer las exportaciones”, dijo a El Cronista un empresario con larga trayectoria en el rubro y advirtió que si la tendencia no se corrige “la falta de divisas volverá a exigir restricciones para adquirir bienes y pagar servicios en el exterior”.

 

Por su parte, el Gobierno descansa en el buen resultado que puede generar el blanqueo de capitales aunque, en línea con la caída de 3,2% que mostró el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) publicado por el INDEC para el primer semestre del 2024, en los pasillos de Economía, asumen que el ritmo de las importaciones que expresan una señal de reactivación comenzará a normalizarse en 2025.

En este punto hay convergencia ya que los privados, ligados a distintas actividades con dependencia de insumos del exterior, también vislumbran la recuperación hacia el segundo año de la gestión liberal.

Por eso, aunque reconocen los avances en materia normativa y la regularización en torno a los pagos al exterior, aguardan señales de Economía que impulsen el consumo y, a la par, una “desregulación criteriosa” por parte de Sturzenegger.

Redactora de Economía (El Cronista)

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