El plan oficial de reducción progresiva de los impuestos de importación avanza y comienza a generar impacto en un sector clave del consumo: la telefonía móvil que, según los especialistas, se prepara para una baja de hasta 40% en los precios.

A través del Decreto 333/2025, el gobierno nacional dio inicio a un proceso de reducción de alícuotas a las compras en el exterior de teléfonos celulares que culminará con su eliminación total en 2026.

Esta medida, largamente esperada, no solo busca dinamizar el comercio exterior con potencias como China, sino que promete un impacto directo y significativo en el bolsillo de los consumidores.

La flexibilización arancelaria llega en un momento de fuerte crecimiento en las importaciones. Según datos del INDEC, el primer bimestre de 2025 registró un impresionante aumento interanual del 73,5% en las compras externas totales desde China.

Dentro de este flujo, el rubro de productos electrónicos, incluyendo teléfonos y computadoras, experimentó un espectacular incremento del 152%, alcanzando los u$s 135 millones.

El Decreto 333/2025 establece un camino claro para la eliminación del Derecho de Importación Extrazona (DIE) que gravaba a los equipos. La reducción se implementa en dos etapas.

La primera ya entró en vigencia en mayo de 2025 cuando el arancel se redujo de 16% al 8% y la segunda fase se completará el 15 de enero con la eliminación total.

La medida que abrió un frente de discusión con la producción local radicada en Tierra del Fuego, principalmente, genera mucha expectativa para los consumidores.

Según Gabriel Salomón, director comercial de Jidoka, “se estima que para 2026, la importación de celulares podría duplicarse en comparación con las cifras de 2025, impulsada por la eliminación total de estas barreras arancelarias”.

Desde la compañía que se dedica a la logística de comercio internacional, sugieren una posible caída de precios de entre un 30% y un 40% a largo plazo.

Por eso, para el consumidor final, la recomendación clave es la paciencia. El sector privado anticipa que la baja a cero del arancel, sumada a la eventual reducción de otros impuestos internos, se traducirá en una disminución significativa del precio de venta al público a partir del próximo año.

“La diferencia de precios de la tecnología en Argentina con respecto a otros países ha sido un tema recurrente. Antes de la medida, un celular de alta gama podía costar en Argentina más del doble que en Estados Unidos o Brasil”, explicó Salomón.

“Esta nueva política arancelaria busca no solo hacer más accesible la tecnología para el trabajo y la educación, sino también reducir el contrabando y fomentar un mercado más competitivo y transparente”, agregó.

Ahorro para importadores

Para las empresas importadoras, el cronograma gradual también ofrece una oportunidad estratégica de ahorro, según Jidoka. Para aquellas empresas que tengan mercadería arribando al país en los últimos meses de 2025, la estrategia más inteligente sería esperar en una zona franca.

“Al nacionalizar los productos a partir del 15 de enero de 2026, podrán beneficiarse de la eliminación total del arancel, lo que se traduce en un ahorro directo del 8% sobre el valor del producto”.

La reforma, no solo es una señal de apertura comercial, sino un paso clave en el plan del Gobierno para bajar la inflación y alinear los precios de la tecnología en Argentina con los estándares regionales e internacionales.

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