El organismo que conduce Kristalina Georgieva le puso un tope al endeudamiento con proveedores del exterior. Cuáles son las causas y consecuencias que advierte el FMI
En un contexto de profunda incertidumbre y exhaustivo control sobre las importaciones, el nivel de importaciones se encamina a alcanzar un récord histórico, pese a las barreras que buscó implementar el Gobierno a través del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) y las advertencias de “parate” que plantean distintos sectores productivos.
“Los retrasos en los ajustes de política macroeconómica ante las presiones de la balanza de pagos dieron lugar a un endurecimiento de las medidas administrativas cambiarias, lo que dio lugar a una brecha cada vez mayor entre los pagos devengados y los pagos de importaciones en efectivo“, señala el documento oficial.
En ese sentido, el FMI reconoció que el endurecimiento se centró en retrasar el acceso de los importadores al mercado oficial de divisas, exigiéndoles que dependieran de la financiación comercial a largo plazo, lo que llevó a un aumento significativo en la acumulación de pagos de importación.
La deuda a corto plazo del importador creció alrededor de u$s 16 mil millones entre fines de 2021 y julio de 2023
Como resultado de este proceso de postergación de pagos en el exterior, la deuda a corto plazo del importador creció alrededor de u$s 16 mil millones entre fines de 2021 y julio de 2023.
Endeudamiento a corto plazo
En el mismo período el stock de financiamiento de importaciones alcanzó un máximo histórico de u$S 38 mil millones, lo que explica alrededor del 60 por ciento de las importaciones totales, en comparación con un promedio histórico del 39%.
“Una gran parte (60%) de este aumento en la financiación de las importaciones se ha financiado mediante corrientes de crédito comercial dentro de las empresas (especialmente en el sector manufacturero), y el resto mediante créditos comerciales entre empresas (el sistema financiero nacional no ha desempeñado un papel significativo en la financiación del crédito comercial)”, describe el texto.
Por último, en un cuestionamiento a la “gran brecha cambiaria” explica que la fuerte demanda de importaciones refleja la intención de los importadores por ampliar su inventario e incentiva la sobrefacturación.
Otra de los recursos que impulsó el Gobierno para sostener el nivel de actividad económica – sin derrumbar las importaciones en un contexto de falta de divisas, fue la negociación con China para activar el swap.
En este punto, los técnicos del FMI refieren que la disponibilidad de yuanes propició liquidez a corto plazo, “incluso para apoyar la financiación de las importaciones”, sin embargo describen que del equivalente a unos u$s 5.000 millones -que se activó en enero de 2023- para agosto, aproximadamente u$s 3.800 millones se habían utilizado para ayudar a financiar importaciones (u$s 1800 millones).
El resto, cerca de u$s 900 millones se destinó a cumplir con las obligaciones del servicio de la deuda con los tenedores de bonos y una parte de las recompras del Fondo en junio (u$s 1.000 millones).
Recientemente, el banco central de China otorgó un préstamo puente por u$s 1.7 mil millones para hacer frente a las recompras del Fondo a finales de julio, que deberán ser reembolsados a partir de los giros que la Argentina reciba del FMI.
En conclusión, con estos datos, el Fondo apunta a ponerle un techo a las importaciones al considerar que se mantienen en niveles altos, en relación con la disponibilidad de divisas del BCRA, golpeadas por la sequía que descontó más de u$s 20.000 millones.
En ese sentido, pese al “terrible problema productivo” que representa para la actividad económica, la recomendación del organismo internacional va en contra de la expectativa de sectores industriales que apostaban a la liberación de algunas de las restricciones, que hoy limitan las actividades tanto de importaciones de bienes como se servicios.
Además, sobre la otra boca de oxígeno para mantener el nivel de actividad sin profundizar la recesión -que comenzó a reflejarse en los indicadores económicos del segundo semestre del año-, el FMI advirtió que la activación de un segundo tramo del swap “sigue siendo objeto de debate”.
Los datos coinciden con la información que arrojó la consultora Ecolatina, que totalizó la deuda comercial en u$s 34.300 millones, hasta el primer trimestre de 2023 y, en ese sentido, puso el foco en el desafío de la próxima gestión de Gobierno, principalmente, para dar ponerle fin al “cepo”.
Pese a señalar que en 2024 el ingreso de divisas podrá marcar un giro en la economía, tanto por el mejor rendimiento del campo como por la reducción de importaciones de energía y el “boom” de otras actividades como petróleo, litio y minería, la deuda comercial será un escollo, para normalizar el acceso a dólares oficiales.