Tras más de 20 años de negociaciones, el acuerdo Mercosur–Unión Europea podría concretarse antes de fin de año. Argentina espera beneficios comerciales clave
En Europa, el texto fue elevado al Consejo Europeo y, con la abstención de Francia, se reunirían los votos necesarios para aprobar el acuerdo general y habilitar las facultades delegadas que permiten avanzar con el 70% de la apertura comercial. Según trascendió, la fecha clave sería el 20 de noviembre.
Bajo la presidencia pro tempore de Paraguay en el Mercosur, se prevé que la ratificación latinoamericana llegue en el primer semestre de 2026. Aun así, la implementación podría comenzar antes, con algunos mecanismos de liberalización en marcha.
El tratado prevé la eliminación de aranceles sobre el 90% del comercio bilateral, con plazos de desgravación más largos para los países del Mercosur. La medida apunta a favorecer la exportación de productos agroindustriales, energéticos y mineros hacia Europa, mientras que el bloque europeo obtendría un acceso más seguro a alimentos, energía y minerales críticos.
Beneficios y desafíos para el Mercosur
Para los países del bloque, el acuerdo representa una oportunidad de ampliar el acceso de sus productos al mercado europeo, en especial para la agroindustria, la energía y la minería. A su vez, permitirá incorporar estándares regulatorios más claros y previsibles, lo que podría favorecer la llegada de inversiones.
Marcelo Elizondo, especialista en comercio internacional, aseguró que el tratado “le cambiará la matriz al Mercosur, que dejaría de ser un bloque cerrado para transformarse en una de las áreas de libre comercio más grandes del mundo”. También destacó que Europa es el principal inversor en Argentina, y que el acuerdo reforzará esa tendencia.
Sin embargo, aún existen resistencias, sobre todo en Europa. Los sectores agrícolas y ambientalistas presionan para evitar un ingreso masivo de productos sudamericanos, alegando riesgos para sus productores y el medioambiente. “El acuerdo se frenó por los grupos proteccionistas a ambos lados del Atlántico. Pero la guerra en Ucrania, las tensiones con China y el regreso de Trump cambiaron el panorama”, publicó The Economist.
El contexto geopolítico y la posición argentina
En un mundo cada vez más polarizado, el entendimiento entre el Mercosur y la UE se interpreta como una respuesta al avance de China y la presión de Estados Unidos. Europa busca reforzar su presencia en América Latina y asegurar fuentes estables de recursos estratégicos.
Para Argentina, el acuerdo se enmarca en la política exterior del gobierno de Milei, centrada en la apertura económica y la atracción de inversiones. El economista Gustavo Perego, de Abeceb, lo definió como “un gol para Milei y su lógica de apertura comercial”.
No obstante, el investigador Jorge Vasconcelos, del IERAL-Fundación Mediterránea, advirtió que el contexto geopolítico introduce tensiones dentro del Mercosur. “Cada país tiene su propia agenda. Las fuerzas externas, de Estados Unidos y China, generan presiones que pueden afectar la cohesión del bloque”, señaló.
Aun con esos desafíos, los analistas coinciden en que el acuerdo marcará un punto de inflexión para la región. De concretarse, Argentina podría recuperar competitividad, diversificar mercados y fortalecer su inserción internacional, un objetivo pendiente desde hace décadas.
Fuente: 0221


